Muerte digna

La muerte del ciudadano francés Vincent Lambert, ocurrida recientemente en un hospital de ese país después de que su esposa obtuviera de la Justicia el permiso para desconectarlo de los aparatos que lo mantenían con vida, volvió a generar en buena parte del mundo opiniones encontradas respecto de lo que se considera "muerte digna".Lambert, de 42 años, estaba tetrapléjico como consecuencia de un accidente automovilístico que lo dejó en estado vegetativo en 2008.y a una no menos activa contienda judicial, encabezada por los padres de Lambert, que pretendían que se lo mantuviera con vida, contra la voluntad de su esposa y de su sobrino, que reclamaban el cese de las terapias, en virtud de que su caso era irreversible.Nueve días después de que se interrumpió esa asistencia mecánica, el paciente falleció. Sus padres presentaron una denuncia penal por homicidio premeditado, al considerar que se trató de un acto criminal perpetrado por el Estado.Entre quienes entienden sobre esta cuestión tan delicada, están los que consideran que no es posible suspender la hidratación e higiene, porque son derechos inherentes a toda persona. En la vereda opuesta, se encuentran los que consideran que no resulta reprochable retirar tratamientos cuya prolongación en el tiempo solo implica una postergación de lo inevitable.La discusión no es sencilla, pues también intervienen en el debate otras importantes cuestiones, como la objeción de conciencia que puedan presentar los médicos, aristas religiosas y componentes emocionales de peso presentes en todos los actores comprendidos en esta toma de decisiones.En nuestro país rige desde 2012 la ley de muerte digna, que es lo que se conoce como "eutanasia pasiva": es decir, no se propicia ninguna forma de inducción a la muerte, ni se acelera ningún proceso, sino que se opta por no asistir y dejar morir a aquellas personas cuyo pronóstico médico es irreversible. Para ello, debe contarse con el consentimiento del propio paciente, expresado con anterioridad si no estuviera ya en condiciones de darlo y se habilita también a su entorno más próximo a reclamar el cese de la atención.Se trata, en todos los casos, de no alargar artificialmente la vida de quien no podrá mejorar o que esté padeciendo un sufrimiento desmesurado.La ley local fue sancionada a partir del dramático caso de la pequeña Camila López, quien se encontraba en estado vegetativo desde el nacimiento. Sus padres iniciaron una...

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