El Mozarteum presenta una programación con el esplendor de siempre

De tan repetidas, algunas sorpresas dejan a veces de llamar la atención. No es una novedad que los conciertos del Mozarteum Argentino logren mantener un piso invariablemente alto, pero como eso mismo ocurre desde hace más de 65 años, se suele pasar por alto. Para volver a darse cuenta de ese nivel, ahí está la temporada 2018, cuya renovación de abonos puede realizarse hasta el 16 de marzo en la boletería del Teatro Colón. Ya nomás el principio, el 16 próximo, será un highlight: la mezzo Bernarda Fink, que, junto con la Camerata Salzburg, hará la cantata Vergnügte Ruh, beliebte Seelenlust, BWV 170, de Bach, y las Canciones bíblicas de Antonin Dvorák. El programa se completará con Fratres, de Arvo Pärt, y la Sinfonía Nº 3 de Schubert, mientras que al día siguiente se escucharán Pulcinella, de Stravinski, y la Sinfonía Haffner, de Mozart.

La de Pärt no será la única inclusión contemporánea del año. Al frente de la Orquesta Filarmónica de Dresde, Michael Sanderling presentará, el 8 de septiembre, The End, Sum Nº 4, del argentino Oscar Strasnoy, en un programa que comprende también la Sinfonía Nº 3 de Bruckner y el Concierto para piano Nº 20 de Mozart, con Herbert Schuch como solista. El 9, Sanderling dirigirá Weites Land, de Detlev Glanert (su ópera Calígula se vio en 2014 en el Colón), junto con el Concierto Nº 5, de Beethoven, y la Sinfonía Nº 12, de Shostakovich.

Bach, por su parte, también volverá en mayo y junio, cuando (el lunes 28 y el 4) la Gaechinger Cantorey y la Internationale Bachakademie Stuttgart, dirigida por Hans-Christoph Rademann, hagan la cantata Ich hatte viel Bekümmernis, BWV 21, y Magnificat, BWV 243.

También en mayo llegará la Orchestre de la...

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