Los Moyano amenazan a Macri y los acuerdos

Mauricio Macri suele reírse a carcajadas cuando le preguntan por qué fortaleció financiera y políticamente a María Eugenia Vidal. ¿No pensó, acaso, que podría desafiarlo luego por el liderazgo de Cambiemos? ¿No cree que podría ser una competidora en las presidenciales de 2019? El Presidente confía en la lealtad de sólo dos personas: Marcos Peña y la propia Vidal. ¿Y en 2023? “En 2023 me iré”, dice. Será la hora de Vidal o de Peña. Nunca menciona a nadie más. Dicen que él hizo un resumen de una semana significativa y sobresalió más que nada la destitución por corrupto del ex juez Eduardo Freiler. Se explica: los acuerdos con los gobernadores y los sindicatos son proyectos de leyes que necesitan la aprobación del Congreso. Freiler ya cayó. Ese ocaso definitivo llevó un mensaje a todos los jueces federales: tampoco habrá impunidad para ellos, tengan el nombre que tengan.

Pero, ¿es injusto el Presidente cuando coloca en un segundo plano el acuerdo con las provincias y los gremios? No lo es. Sabe que los gobernadores lo ayudaron fundamentalmente a enviar un preciso mensaje al exterior y a los inversores. El 75 por ciento de los dirigentes votados en la Argentina, sumados el oficialismo y el peronismo que acordó, coincide en algunos puntos básicos: hay que bajar el déficit fiscal, disminuir la presión impositiva (aunque ambas cosas constituyan un oxímoron) y darle previsibilidad al país. Esa es la imagen visual que llevó hace poco a Nueva York cuando se hizo acompañar por tres gobernadores peronistas. “¿Ven que el peronismo no muerde?”, bromeó ante inversores. Esa imagen se convirtió en la semana que pasó en un papel firmado. Es otra cosa. El acuerdo deja al cristinismo, además, muy aislado. Es el 25 por ciento restante. Una minoría, sobre todo si se lo compara con lo que fue.

El Presidente se pavonea: es el primer pacto fiscal desde 1983 en el que las provincias no tienen que ceder recursos. Se dieron por terminados 60 juicios cruzados entre las provincias y el gobierno federal. Es una enormidad, que sólo señala el tamaño de la histórica desidia política e institucional. Sin embargo, es cierto también que los gobernadores habían acordado previamente que firmarían alguna clase de acuerdo. Cuando estaban solos, antes de que llegara Rogelio Frigerio, los mandatarios coincidieron en que no debían promover una situación en que el Presidente quedara desairado o debilitado. Es una novedad histórica en el peronismo. Frigerio concretó luego un acuerdo...

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