Movimiento #Me too: llegó al consultorio y cambia la relación entre médicos y pacientes

Un endocrinólogo le explica por primera vez a una paciente con problemas de tiroides que atiende desde hace décadas que tiene que tocarla para poder palparle el cuello. En la guardia de un sanatorio, un médico le indica a otra que consulta por un fuerte dolor abdominal que ella tiene que desabrocharse el botón del pantalón para que pueda examinarla.A un paciente que vuelve a un nuevo chequeo preventivo de próstata le llama la atención que el médico joven que esta vez asistió al urólogo le pidió disculpas antes de comenzar el control. Melina Doti Fabro, de 29 años, fue a un Centro de Salud y Acción Comunitario (Cesac) porteño para solicitar un apto físico para el gimnasio: la revisación no la hizo el médico que la recibió, sino la enfermera que lo acompañaba en el consultorio.El movimiento #MeToo, que alentó a las mujeres a hablar sobre los abusos, está cambiando en nuestro país también la relación entre médicos y pacientes una vez que se cierra la puerta del consultorio. En esa adaptación, que es tema de conversación entre colegas, aparece el temor a la denuncia o un malentendido hasta el extremo de pasar por alto la revisión de ciertas zonas del cuerpo o derivar la consulta.También en la atención pediátrica hay padres que se sorprenden con ciertos cuidados durante la consulta. Natalia Mendía, madre de una adolescente de 14, comenta que la pediatra de su hija le anticipa cada paso de la revisación aunque la conoce desde bebé. "En un momento, le pidió permiso y le avisó que le palparía las mamas para calcular la posibilidad de desarrollo. En relación con los genitales, la revisó con cuidado en una oportunidad por una paspadura", explica.No hay guías ni protocolos especiales con los que pudiera dar LA NACION en el sector público o privado. En varios lugares, se están actualizando, diseñando o implementando medidas con un enfoque de género. En el Hospital de Clínicas, por ejemplo, se aplica un protocolo de prevención de la violencia de género de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, donde se forma el 60% de los médicos del país.Según explican en el Hospital Universitario Austral, este cambio sociocultural "sirve para reflotar, recordar y readecuar los protocolos con elementos preventivos, la difusión de los derechos del paciente [que incluye el de recibir un trato digno y respetuoso] y la incorporación de un sistema de reporte de situaciones de violencia".En el caso de los menores, la Secretaría de Salud de la Nación...

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