Los motivos que tienen a la F.1 alejada del país

Fresco domingo de neblina y llovizna. El público, ya acostumbrado a presenciar un Gran Premio, se entusiasmaba con la pelea que Michael Schumacher y Ferrari le proponían a los veloces McLaren-Mercedes, con Mika Hakkinen y David Coulthard. Y otro condimento: un piloto nacional, Esteban Tuero, integraba la grilla de partida. Esas conjeturas y características rodeaban a la Fórmula 1 de 1998. Aquel 12 de abril, cuando se disputó el GP de la Argentina, fue el último desarrollado en el país. Hoy se cumplen 15 años de la última visita de la máxima categoría a nivel oficial en suelo criollo. ¿Qué pasó en todo este tiempo? ¿Por qué la Argentina quedó al margen del calendario?La historia marca a la carrera nacional como la que mayor cantidad de interrupciones tuvo. Pero jamás pasó un lapso tan largo (15 años) sin Fórmula 1 en el país. La principal pregunta tiene una respuesta rápida: el dinero. Si bien la Argentina tiene un historial muy rico dentro del automovilismo, y más precisamente dentro de la gran disciplina, lo cierto es que de la mano de Bernie Ecclestone el factor económico tuvo cada vez mayor incidencia.Hoy, el pobre estado del histórico autódromo porteño, más la falta de aportes privados y una realidad política desfavorable (total distanciamiento entre los gobiernos nacional y de la Ciudad de Buenos Aires) para su uso en este tipo de acontecimientos diluyen toda posibilidad concreta para que un GP se realice en el predio destinado a tal fin.¿Cuál es la inversión necesaria para traer nuevamente a la Fórmula 1 a la Argentina? "Unos 30 o 35 millones de dólares por carrera, además de invertir en un autódromo que esté a la altura de las circunstancias", explicó Felipe McGough, uno de los organizadores del GP de la Argentina en la década de los 90. "Es mucho dinero. Está claro que en ningún lugar del planeta se puede organizar una competencia de F.1 sin el aporte estatal", agregó el empresario. Según datos de la época, para el regreso de la categoría en 1995 se firmó un contrato por 5,5 millones de dólares por cada año. El convenio establecía a la F.1 en Buenos Aires durante cinco temporadas, más otras dos adicionales."Todo se complicó por el entonces «efecto tequila», que derivó en la quiebra del Banco Extrader y la organización no contaba con apoyo estatal", recordó McGough.Desde entonces se produjeron algunos intentos, ya que la afición argentina es muy "tuerca" y la categoría es muy seguida a través de la transmisión televisiva. La de mayor notoriedad...

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