Otra monumental falta de respeto

El reciente ataque de la presidenta de la Nación contra el ejemplar ministro de la Corte Suprema, Carlos S. Fayt, al que Cristina Fernández de Kirchner tildó de "casi centenario", es tan injusto como institucionalmente inaceptable. No sólo porque es totalmente gratuito, sino porque ha sido deplorablemente perpetrado contra un hombre que ha dedicado toda su vida al derecho y a servir con devoción a la justicia argentina.El doctor Fayt -ministro de nuestro más alto tribunal desde que la Argentina se reencontró con la democracia, en diciembre de 1983- es un modelo para nuestros jóvenes. Nacido en 1918, en Salta, con esfuerzo cursó estudios de derecho y evidenció, desde el vamos, una intensa pasión por lo que hacía. De filiación socialista, fue un temprano crítico del peronismo, movimiento que aparentemente no le ha perdonado el coraje y la claridad de sus escritos, particularmente sus punzantes observaciones y reparos a la Constitución de 1949, hija de la visión de Juan Domingo Perón, así como sus permanentes llamados a enfrentar decididamente la corrupción, lamentable mal endémico que afecta a lo más alto del poder, y alcanza últimamente niveles realmente impensables. A este fenómeno, Fayt, refiriéndose a la década de los cuarenta, lo había definido como "sobornería".Autor prolífico, nunca disimuló sus convicciones, y como profesor emérito dedicó buena parte de su vida a formar a miles de jóvenes profesionales del derecho, contando hoy con la veneración de muchos de ellos. Como magistrado, no dejó nunca en sus votos de expresar sus puntos de vista sin dobleces ni disimulos de ninguna naturaleza.Por todo ello, Fayt es hoy, ciertamente, un importante referente para la sociedad argentina toda, que lo respeta y escucha. También por ello, ha sido reiteradamente galardonado y premiado por su destacada, larga y generosa labor profesional...