Mónica Ayos triunfa en neutro

CIUDAD DE MEXICO.- Detrás de una intersección de rutas sinuosas, de distintas alturas y en diferentes direcciones, una maraña de concreto como si fuese la General Paz a la altura de Liniers, se encuentra Televisa. Detrás de Televisa, la meca de las telenovelas hispanoamericanas, la fábrica más grande de ficciones en nuestro idioma, se encuentra el barrio -la colonia, le dicen aquí- San Angel Inn. Detrás de una coqueta y empedrada calle sin salida, decorada con Santa Ritas color fucsia, se encuentra la casa de Mónica Ayos y Diego Olivera. Detrás de un macizo portón de madera, que ni siquiera permite el paso de una hormiga, se encuentran Mike y Pedro, los colaboradores del matrimonio Olivera-Ayos, como ellos llaman a sus choferes y encargados de seguridad. Detrás de dos camionetas negras polarizadas se encuentra la fachada estilo hindú, adornada con elefantes.Diego Olivera abre la puerta. "Pasa, ¿quieres café? ¿Qué quieres beber?", pronuncia. Sí, en neutro, sin ningún rastro porteño en su acento. Mónica revisa sus mails frente a un hogar encendido. Hace dos meses, cuando su hija Victoria comenzó las vacaciones del colegio, viajaron también con su hijo Federico a México para acompañar a su marido, quien desde 2006 protagonizó algunas de las novelas más exitosas del grupo Televisa ( Montecristo, Vivir por ti y Triunfo del amor ). Ayos rechazó con sacrificio dos propuestas en Buenos Aires: participar de Un año para recordar (Telefé) y regresar a los escenarios de la mano de José María Muscari. "Vinimos por las vacaciones. Queríamos estar juntos los cuatro. Son muy duras las separaciones. Sufrimos. Jamás imaginé que tendría esta oportunidad aquí", bromea en neutro con el acento que le imprime a su personaje Leonela.El zar de las telenovelas, Salvador Mejía, la convocó para trabajar en la ficción furor del momento, Triunfo del amor , que se emite en el horario central de las 21. En esta tira, Olivera interpreta a un sacerdote, acompañado por las megaestrellas mexicanas Daniela Romo, Victoria Ruffo y Maite Perroni. "De modo genuino, y no porque lo tengamos muy conversado, queremos separar nuestras carreras. Creemos que nos acotaría mucho a Diego y a mí si siempre diéramos notas juntos", explica. Mónica tuvo una infancia errante. Sus padres eran bailarines de tango de la orquesta de Mariano Mores y Osvaldo Pugliese. "Eran dos en uno: vivían, trabajaban, bailaban, y todo, todo, todo juntos. En lo particular, y en lo que a mi pareja y familia respecta, no...

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