Molina busca aval para despenalizar el consumo, pero la Iglesia se opone

Con el fin de avanzar con la propuesta de , Juan Carlos Molina busca sumar consenso en sectores sociales vulnerables y conformar un colchón de apoyo antes de que la iniciativa, que encuentra objeciones en la Iglesia, sea tratada en el Congreso.El titular de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar) dirige la elaboración de un proyecto para reformar la actual ley de estupefacientes; quitar el castigo para la tenencia, y autorizar el cultivo de marihuana para uso personal, confiaron a LA NACION fuentes oficiales.Molina planea entablar un diálogo con asociaciones y grupos especializados en los barrios, muy en sintonía con la consigna de "sacar la Sedronar a la calle". Incluye en su testeo a los curas villeros, claves en el trabajo para contener a jóvenes adictos en los barrios más humildes.También sacerdote, reconoce que la Iglesia opondrá resistencias. Ayer, el padre José María "Pepe" Di Paola, flamante coordinador de la Comisión Nacional de Drogodependencia del Episcopado, sostuvo que la sociedad no está "suficientemente madura" para tratar la despenalización del consumo de drogas.El padre Pepe, un referente dentro de los curas villeros, fue más allá y dijo a Radio El Mundo que "los funcionarios tendrían que explicarnos por qué hay tanto narcotráfico en la Argentina". En una misma línea se mantiene la Conferencia Episcopal, reunida esta semana.El obispo Jorge Lozano, presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, dijo a LA NACION que no habló con Molina y que no sabe en qué está trabajando, pero consideró que despenalizar el consumo de drogas puede ser peligroso. "Portugal tiene una ley de despenalización, pero se tomó cinco años para fortalecer el sistema de asistencia y tratamiento a los adictos, armar una red para acompañar a los jóvenes en los barrios. Nosotros eso no lo tenemos. Va a ir en contra del adicto", dijo.El aval oficialMolina, muy cercano a la familia Kirchner, cuenta con aval presidencial para echar a rodar el debate, cuyo límite claro es la "legalización". Despenalizar sí. Legalizar no. Esto es: el Estado no regulará ni dejará de considerar ilegal la venta de droga, sino que no penará al adicto. El eje de la argumentación es que se apuntará a no "criminalizar" al consumidor y ofrecer una política de salud para abordar el problema.El sacerdote, consultado a través de sus voceros por LA NACION, se negó a hacer comentarios sobre los alcances del proyecto.El martes...

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