Un modelo contra la lógica comercial

El modelo "K" encontró en las licencias no automáticas de importación el filtro para desalentar el ingreso de productos extranjeros y resguardar las industrias "sensibles". Son otra muestra -como los registros de operaciones de exportaciones (ROE) agropecuarios- del comercio administrado, la némesis del libre comercio.Las licencias desalientan a los importadores al imponerles demoras y trabas discrecionales para obtenerlas, dilatando la nacionalización (y venta en plaza) de las mercaderías cuyos tributos fueron pagados con anticipación.Esta medida paraarancelaria es aceptada por la Organización Mundial del Comercio (OMC), siempre y cuando su trámite no tenga sobre las importaciones efectos de restricción o distorsión adicionales ni impliquen más cargas administrativas que las necesarias.Cualquier empresa que comercie un producto que esté entre las 600 posiciones arancelarias alcanzadas por las licencias es testigo de que el espíritu de la OMC es vulnerado por la administración local.Más grave aún es la violación del Tratado de Asunción (que dio origen al Mercosur), que prohíbe la aplicación de "medidas administrativas" de carácter unilateral que impidan o dificulten la libre circulación de mercaderías entre los países del bloque.Es curioso: la Argentina demandó a Brasil en 1999 por licencias no automáticas impuestas a productos argentinos. El Tribunal Arbitral falló en favor de la Argentina, que meses atrás sufrió en carne propia la "retaliación"...

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