Un modelo de hacer negocios que ya quedó desarticulado

Aquel icónico sistema de transporte que reinó durante el kirchnerismo ha quedado desarticulado. Varios funcionarios y empresarios presos, otros procesados, un par de arrepentidos, casi todos renunciados y, claro, alguno que otro que mantiene la postura de negar lo que ha pasado como estrategia de defensa, aquel elenco que manejó colectivos y trenes en épocas de tarifas bajas ha perdido el poder.Los cuatro concesionarios de trenes que caracterizaron el esquema de privatizaciones durante el menemismo, y que posteriormente continuaron los otros gobiernos, quedaron en manos de la Justicia. A ellos se sumaron varios funcionarios que quedaron presos o procesados.La causa de los cuadernos de las coimas fue el golpe final para un sistema maltrecho y sospechado que durante años se basó en tarifas baratas y subsidios millonarios y discrecionales.Dos exsecretarios de Transporte, Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi, están presos. El primero, por la causa de la compra de trenes a España y Portugal; el segundo, por la de la tragedia de Once, en la que ambos ya tienen condena.Del lado de los empresarios, la cosa no está mejor. Claudio Cirigliano, el otrora poderoso empresario que manejaba la concesión de Trenes de Buenos Aires (líneas Mitre y Sarmiento), está preso.Los otros tres grupos ferroviarios privados -Ferrovías, de Gabriel Romero; Metrovías, del Grupo Roggio, y Trenes Metropolitanos, de Sergio Tasselli- habían pasado de largo a las grandes denuncias en el sector. Pero la causa de los cuadernos de las coimas les impactó.Aldo Roggio confesó que pagaba retornos del 5% del dinero que recibía en concepto de subsidios. Siempre se comentó que el número era mucho más grande, pero lo cierto es que reconoció ese porcentaje."Respecto de los hechos que en los cuadernos de Centeno refieren a entregas de sumas de dinero concretadas en Alem 1050, reconozco que respondieron a las contribuciones exigidas que, previo regateo, accedí a efectuar", admitió el empresario. Pese a los montos, el constructor no pudo recordar en aquellos días en Comodoro Py en qué moneda pagó. "No recuerdo si fue en pesos o en dólares", precisó el desmemoriado hombre de negocios. La laguna de recuerdos de Roggio deja al menos una duda si se toma lo que dijo inmediatamente después, cuando se ufanó de haber sido un avezado negociador con la corrupción. "Deseo aclarar que las exigencias fueron por sumas hasta dos y dos veces y media superiores, y que el regateo fue el que las llevó a las sumas...

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