El búmeran del 'modelo'

Hasta no hace mucho, la presidenta Cristina Kirchner buscaba obtener rédito político con los logros del "modelo K" en materia de crecimiento económico y empleo, a la vez que prometía profundizarlo para reforzar esa tendencia. Hoy la realidad es bien diferente: la economíahttp://www.lanacion.com.ar/1587525-estanflacion-para-todos-y-todas, que frena la creación de empleos o comienza a destruirlos; el relato oficial sólo se limita a comparar resultados con la etapa poscrisis de 2003, sin mencionar a la inflación ni sus efectos sobre la pobreza y cualquier alusión a profundizar políticas crea alarma y/o paraliza inversiones en el sector privado.Hablar del "modelo" se convirtió así en un búmeran para el gobierno de CFK. Tal vez por eso figura cada vez menos en los discursos, salvo para fantasear con teorías conspirativas en su contra. O bien porque debió recurrir a instrumentos ortodoxos como http://www.lanacion.com.ar/1660613-tarjetas-empiezan-a-discontinuar-los-planes-de-12-cuotas-sin-interes, que había prometido no utilizar nunca, para anestesiar la actividad económica, licuar transitoriamente salarios y gasto público en dólares y alejar en el tiempo una perspectiva de crisis.Sin embargo, para la propia CFK es difícil hablar del "modelo" por la sencilla razón de que se convirtió en un concepto abstracto. A lo sumo, es un sinónimo de políticas intensivas en gasto público, emisión monetaria, deterioro cambiario, subsidios cruzados y aumentos de salarios para empujar el consumo y la demanda interna sin que la oferta acompañe y que encaramaron a la Argentina entre los países de mayor inflación en el mundo. Aunque sólo ahora -después de siete años- se la reconoce implícitamente con un nuevo índice de precios más realista.El "modelo" ya no tiene nada que ver con el trípode de superávits "gemelos" (fiscal y externo) y tipo de cambio real alto que durante el gobierno de Néstor Kirchner permitió el crecimiento económico a "tasas chinas" con inflación moderada, al aprovechar la alta capacidad ociosa y la caída del salario real que había dejado la crisis de 2001/2002 y la fuerte suba de precios internacionales de las commodities exportables. Tampoco con el "modelo productivo de matriz diversificada e inclusión social" que pomposamente prometió CFK al iniciar su primer mandato, al cabo del cual la Argentina desembocó en el déficit energético que hoy erosiona el superávit comercial tras la persistente caída en la producción de gas y petróleo. Y en un aumento...

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