La moda del tango, Margarita Xirgu y Vaslav Nijinsky

El gran protagonista de la temporada teatral porteña de 1913 es el tango. No sólo en Buenos Aires: París enloquece por la danza argentina, Italia y Alemania no se quedan atrás. En tanto Leopoldo Lugones despotrica, en una serie de conferencias en el Odeón, en contra: "El objeto del tango es describir la obscenidad (?) rezuma la coreografía del burdel, siendo su objeto fundamental el espectáculo pornográfico (?) no puede el nombre argentino servir de rótulo al lupanar (?) es una danza de rameras". Interesante costumbre, hace mucho perdida: los escritores conocidos se presentan en los escenarios, en los días de descanso de los actores, y leen sus textos. Tan sólo Borges, en nuestro tiempo, resucitó esa modalidad, que, por ejemplo, contribuyó a la fama internacional de Charles Dickens.En noviembre de 1913 moría en Buenos Aires Gregorio de Laferrère, autor de una de las obras fundacionales de nuestro teatro, Las de Barranco . En el mes de mayo, había llegado por primera vez la joven (25 años) actriz catalana Margarita Xirgu, que dejó un sello indeleble en el teatro rioplatense. Debuta en el Odeón con Magda , de Sudermann, con Emilio Thuillier como primer actor y director. El repertorio es amplio y calificado, desde Salomé , de Oscar Wilde, hasta la Electra , de Hofmannsthal, además de piezas españolas de Benavente, Marquina y Martínez Sierra. Las exigencias de la diva son muchas: nuevas escenografías para cada obra, vestuario de París, diseñadores especializados para las de época, viajes en primera clase, hoteles de lujo. De 40...

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