La moda del coworking: del mundo laboral a la cartera de inversiones

Cuando el coworking (el alquiler de oficinas compartidas) irrumpió en el sector laboral, nadie sospechó que este tipo de negocio iba a revolucionar también el mercado de bienes raíces. Inversiones en inmuebles que en un primer momento tenían como fin ofrecer alquileres de departamentos de larga estadía mutaron a la construcción de salas y espacios compartidos que brindaran un ambiente de trabajo moderno. La razón: el crecimiento de la demanda por este tipo de oficinas y la mayor rentabilidad por metro cuadrado que generan.

El coworking es un fenómeno que despegó con la crisis financiera internacional de 2008, cuando millones de personas en los Estados Unidos quedaron desempleadas y los trabajos free lance volvieron a tomar impulso. Los emprendedores independientes empezaron a florecer y entonces nació la idea de compartir lugares de trabajo para así también intercambiar ideas y potenciar proyectos. En este modelo, cada persona paga una membresía mensual para acceder a su espacio de trabajo, que puede ser un asiento en mesas compartidas o una sala cerrada.

En Estados Unidos, hoy en día, la demanda de oficinas colaborativas crece un 84% anual, mientras que la oferta apenas aumenta un 60 por ciento. Esta brecha entre los crecimientos del mercado generó una oportunidad de negocios en la industria del real estate. "El segmento de los espacios sociales viene creciendo a pasos agigantados. El sector tiene un potencial enorme y es muy rentable el flujo de caja que generan los espacios de oficinas", dice Alejandra Rincon, directora de operaciones de Prodigy Network, una empresa que desarrolla y opera inmuebles en Manhattan a través de inversiones hechas con financiamiento colectivo.

Alternativas

Invertir en la construcción de espacios para coworking es la última gran apuesta de la compañía que fundó el colombiano Rodrigo Niño en 2003. Luego de desarrollar su carrera profesional en la firma Fortune -una de las agencias inmobiliarias más grandes del estado de Florida, perteneciente al empresario argentino Edgardo Defortuna-, Niño se mudó a la ciudad de Nueva York, donde disrumpió el sector del real estate con la democratización de la inversión.

Mediante el sistema de crowdfunding, la empresa levanta capital a través de su plataforma digital y les permite a pequeños ahorristas invertir en grandes proyectos inmobiliarios con un monto mínimo de 10.000 dólares. "La empresa cuenta con 6500 inversores en todo el mundo, de los cuales 1500 son argentinos...

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