Los límites del Todopoderoso

Todos los 25 de Mayo, la embajada argentina en Uruguay agasaja a dirigentes políticos, diplomáticos y empresariales con un concierto. Hace tres años fue el turno del pianista tucumano Miguel Ángel Estrella. Embajador ante la Unesco, respetado en el mundo como divulgador y educador de la música argentina, Estrella es además un artista consustanciado con el actual proyecto político. En mayo de 2011, por ejemplo, organizó un homenaje a Néstor Kirchner en París y definió las gestiones del matrimonio de Santa Cruz como "las mejores que ha vivido el país desde la época en que era un virreinato".Con los años, los gobiernos tienden a encerrarse sobre sí mismos y a confiar en reductos de lealtad cada vez más pequeños. La afinidad de Estrella con el Gobierno es bastante menos explícita que la de Ignacio Copani, el invitado a aquella misma celebración al año siguiente. Autor de hits como "Cacerola de teflón" y "Cuántas minas que tengo", Copani solía reclamarles años atrás a funcionarios del Gobierno, según publicó Leakymails argentina, un sitio con filtraciones que después desapareció de la Web, que nunca se lo hubiera invitado al programa 6,7,8 pese a su compromiso con el proyecto nacional y popular, hospedaje que después obtuvo con holgura.El tercer y último concierto del 25 de Mayo en Montevideo correspondió a Horacio Fontova. Célebre por su recordado "Los hermanos pinzones" o el polémico "Oh mi sida", Fontova no ocultó nunca sus preferencias políticas, que expresó últimamente en una irónica "Carta a Clarín" o, después de la inundación, con un tema dedicado a Mauricio Macri, que publicó en Facebook: "Me tenés podrido, me tenés podrido, me tenés podrido / por qué no te vas, por qué no te vas, por qué no te vas / no te importa la Ciudad / nada hiciste y querés más / no sabés ni cómo hablar". La frontalidad de siempre. Algo que mantuvo en aquella celebración patriótica con referencias a Estados Unidos: no soslayó ni críticas a George W. Bush ni el eslogan "Yankees go home".El estado de ánimo de los gobiernos puede dilucidarse sólo reparando en aquellos con quienes prefieren convivir. Es natural que algunos lazos corporativos parezcan últimamente rotos. Que la reunión por el Consejo del Salario con la Presidenta se haya hecho sin todas las figuras empresariales y sindicales de otros años puede tener una explicación institucional –los presidentes de las cámaras no pertenecen a ese foro, compuesto por segundas líneas–, pero también política: al Gobierno le cuesta cada...

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