Los misterios que deben desentrañar Scioli y Macri

Daniel Scioli no consiguió lo que soñaba: traspasar la barrera del 40% de los votos y superar por diez puntos a Cambiemos. Pero su triunfo ha sido promisorio. Medido contra , no contra toda la coalición opositora, sacó 14 puntos de ventaja. Cambiemos obtuvo el 30% de los votos. Pero Macri sólo el 24,3.

El primer corolario de este resultado es que la alianza de Macri con y fue un acierto. Si se hubiera replegado sobre el "amarillo puro", el líder de Pro habría quedado lejos de provocar un ballottage. Eso no quiere decir que para conseguirlo no deba hacer un gran esfuerzo. Macri está obligado a alcanzar dos objetivos: retener los votos de Sanz y de Carrió, e inducir a una polarización en la competencia contra .

Para el primer propósito necesita reinventarse. Macri ha sido hasta ahora el líder típico de un partido personal. El principal aglutinante de Pro es la adhesión a su figura. En las próximas semanas deberá despersonalizarse y tender hacia los otros un puente conceptual. Es lo contrario de la receta antipolítica que le ha inculcado Jaime Durán Barba. Debe elaborar una narrativa que trascienda su proyecto biográfico. Si no, no conservará a todos los simpatizantes de Cambiemos. Menos todavía atraerá a los de Margarita Stolbizer o Hermes Binner, que anteayer verificaron una recesión.

Las primarias plantearon algunos misterios que Pro deberá desentrañar y que tal vez se deban a sus indefiniciones discursivas. Es curioso, por ejemplo, que los candidatos de Cambiemos, sumados, no superaron en la Capital Federal los sufragios que habían cosechado Horacio Rodríguez Larreta y Gabriela Michetti, juntos, en abril. Quiere decir que Macri no logró, en el distrito que administra, fidelizar a los votantes municipales de su partido. ¿Su imagen es inferior a la de su gestión? ¿Los desvaríos retóricos de las últimas semanas le hicieron perder adhesiones? Todavía es muy temprano para determinarlo.

El otro reto que tiene Macri es la polarización. Para conseguirla debe remover una dificultad: la oposición sigue abocada a retratar a Cristina Kirchner, pero no consiguió caracterizar a Scioli como su continuidad. Aun cuando son tan parecidos, sobre todo si se observa el nivel de corrupción. El lugar común según el cual el candidato es una víctima de la Presidenta, no su legatario, entorpece la tarea. La sociedad está fracturada a favor o en contra de la Presidenta, no de Scioli.

Balance provisional: Macri debe conseguir con instrumentos conceptuales o...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR