'Somos una misma burbuja': las excusas de quienes a pesar de tener Covid-19 se reúnen con otros contagiados

Muchos contagiados buscan reunirse con otros para pasar el aislamiento

Fue la mala noticia de las vacaciones. Las familias de Juan, Antonio, Román y Mariano se fueron juntas a Punta del Este. Cada una en su casa, pero en la práctica tanto en la playa, en el golf o en los asados de la noche la pasaban juntos. Son un grupo grande, con más de diez temporadas de vacaciones compartidas. En total, entre las cuatro familias suman 17 personas. Las cuatro parejas fueron al show exclusivo del dj Hernán Cattáneo y, a la noche siguiente, hicieron un asado con karaoke. Al otro día, Juan empezó con mucho dolor de garganta, como si tuviera agujas. Él y Érica, su mujer, se fueron a testear y el antígenos dio negativo. Le dijeron que tenía placas. Pensó que era por el aire acondicionado. Pero la fiebre no bajaba. Por las dudas, aislaron a Rocío, la hija adolescente que había tenido coronavirus a fines de noviembre. Veinticuatro horas después, Sofía, la mujer de Mariano, empezó con dolor al tragar. Siguió Renzo, el hijo mayor de Román, con una tos que fue poniendo tenso el clima. Del grupo, también había algunos con fiebre y otros con dolor de cabeza, engripados y con dolor corporal. Entonces, repitieron los tests y confirmaron lo que ya sabían: estaban todos infectados con Covid-19.

Al principio, cada familia se quedó en su casa . Pero, a los dos días del diagnóstico, cuando la mayoría del grupo ya no se sentía tan mal, regresaron las reuniones. Los días de vacaciones se les escapaban entre los dedos y, con el argumento de que eran todos una misma burbuja, volvieron a encontrarse . Sin tener contacto con otros. Rocío, la única negativa, de 14 años, se quedó en la casa de unas amigas, que era donde había estado los últimos días. Los demás organizaron una merienda . Se quedaron hasta tarde en una casa, en lugar de tragos y trasnoche lo que corrió fue el paracetamol y las luces se apagaron pasada la medianoche. Después, cuando varios de ellos tenían el autotest con resultado negativo se animaron a volver a la playa. Cada uno en su auto y eligieron una aislada de la Mansa, donde no tuvieran contacto con otras personas.

"Al principio dudamos en juntarnos. No sabíamos si se podía o si era riesgoso, por ejemplo que nos reinfectáramos entre nosotros. Le preguntamos a un infectólogo amigo de la familia y nos dijo que mientras no tuviéramos contacto con otros, no había problema . Que podíamos actuar como una sola burbuja . Así lo hicimos. Hasta organizamos un partido...

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