Miniaturas: del esperanto a una película de emojis

Esta semana se cumplieron 130 años de una idea descabellada y recurrente: la pretensión de establecer un idioma universal, encarnada por el oftalmólogo polaco Lugwig Zamenhof y su delirio racionalista decimonónico llamado esperanto. Para celebrarlo se llevó a cabo el Congreso Mundial de Esperanto, en Seúl. Su mayor vigencia se da en China, donde, para muchos, es una vía simple para aprender los pilares gramaticales de las lenguas occidentales. En la aplicación Duolingo se registran hoy 800.000 aprendices de ese idioma, digamos, artificial.

La fantasía de unificar en una panlengua ecuménica todos los idiomas conecta a Isaac Newton con la obra teatral de Rafael Spregelburd, John Wilkins, Xul Solar y Borges...

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