Milagro, muerte y resurrección: Irlanda vuelve a ponerse de pie

DUBLÍN.- El mirador de la cervecería Guinness, la empresa más famosa de Irlanda, tiene la mejor vista de la capital. Los turistas se arriman, vaso en mano, para disfrutar del panorama dominado por edificios centenarios, cúpulas y campanarios. También asoma, a la distancia, un puñado de grúas de la construcción, una de las muchas señales de la reactivación de un país que conoció increíbles altibajos. Del "tigre celta" a la quiebra de 2008 y de ahí a convertirse en el país europeo con mayor crecimiento en 2015.

La Oficina Central de Estadísticas confirmó lo que se ve en las calles, donde nunca faltan clientes en comercios y restaurantes: Irlanda creció el año pasado 7,8%, la mejor estadística en 15 años y bien por delante de la media europea de 2%. Un despegue que parece llegar en un buen momento: ayer el país celebró los 100 años del levantamiento que condujo a la independencia del imperio británico.

O quizás el momento no sea tan bueno... Irlanda rebotó como ninguno del cielo al infierno, de arriba abajo y vuelta a subir, de príncipe a mendigo y otra vez al primer plano. Todo en menos de dos décadas. Ahora los irlandeses disfrutan de un renovado consumo, pero son conscientes de que la bonanza no le llegó a todo el mundo y de que padecen duros impuestos y recortes en la calidad de los servicios, todo lo cual los lleva a criticar con sorna los pasos en falso de su dirigencia.

Por algo en las elecciones generales de hace un mes la coalición oficialista que lidera el partido Fine Gael, a pesar de haber sacado al país de la recesión, fue castigado con una drástica pérdida de escaños. Ningún partido alcanzó la mayoría, y los líderes políticos aún no logran consensuar otro gobierno.

Dadas las circunstancias, los irlandeses se entregan a la ironía, algo que les sale con toda naturalidad. Basta con prestar atención a cualquier charla: "Si esperamos a que formen un buen gobierno, jamás vamos a tener uno", "la dirigencia política me hace acordar al Gordo y el Flaco, sólo que el Gordo y el Flaco gobernarían mejor", "los irlandeses no somos buenos en muchas cosas, pero somos buenos en meternos en problemas".

Un análisis más riguroso expone las causas del desencanto. "La economía está levantando, somos sin duda una de las economías de más rápido crecimiento de Europa. El problema es que no todos sienten ese crecimiento. En las zonas de Dublín más adineradas, especialmente en el centro y el sur de la ciudad, se tiene la sensación de que todo va bien. Pero...

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