Milagro

Vemos en el piso un tapiz hecho de libros, muchos de ellos ya desencuadernados, sobre el que camina un soldado, fusil en mano, en la derruida biblioteca de Maryinka, una de las ciudades donde se enfrentan las fuerzas ucranianas y los rebeldes prorrusos. El soldado se desplaza con la vista baja, como si al cabo de un ataque tras el que deben contabilizarse los heridos y los cadáveres que dejó el enfrentamiento intentase desentrañar los títulos de esos libros destruidos. No es el único enigma: cada uno de esos volúmenes debe de haber sido leído por muchos lectores, muchos de los cuales quizás estén ahora muertos, y de no haber mediado...