Mientras se recupera de un ACV, María Moreno escribe sobre la paradoja de tener dislexia y dirigir el Museo de la Lengua

María Moreno se recupera de un ACV y celebra en un texto la reapertura del Museo del Libro y de la Lengua

En un acto realizado hoy en la Biblioteca Nacional Mariano Moreno se anunció la reapertura del Museo del Libro y de la Lengua (Av. Las Heras 2555), de lunes a viernes. Su directora, la escritora María Moreno , que sufrió un accidente cerebro-vascular a inicios de julio y en la actualidad se halla en un tratamiento de recuperación, preparó un texto para la ocasión donde, con su estilo mordaz, ironiza sobre el hecho de que la persona a cargo del Museo del Libro y de la Lengua no pueda hablar ni escribir con fluidez.

"Mi mano derecha yace exangüe, lívida, sobre una plataforma de elevación; los dedos apiñados, las uñas pintadas de rojo, apenas firmes para sostener un abanico como en un cuadro de Prilidiano Pueyrredón. Mi pierna derecha se siente como la del capitán Ahab, pero mucho peor escrita. No escribo las palabras que deseo; a estas las olvido fácilmente. Escribo las que son fruto de una negociación; a veces, otras que nunca hubiera escrito de no haber tenido un ACV. ", se lee en la carta que se reproduce a continuación y que fue leída por la fotógrafa y escritora Inés Ulanovsky esta tarde.

"Que el Museo del Libro y de la Lengua sea dirigido por alguien que ha sufrido los efectos de un ACV, entre los cuales se encuentra una severa dislexia, es decir, que siente un sabor amargo en la lengua del cuerpo y la del alma, según una frase elegíaca de don Leopoldo Marechal en su Adán Buenosayres , parece una obra de Copi ; pero como la vida tiene los argumentos más extravagantes, es despóticamente real.

El 3 de julio de 2021 tuve un infarto cerebral que me provocó parálisis en el lado derecho de mi cuerpo, incluida la mano -nunca pensaba en ella, simplemente estaba ahí para servirme en mis caprichosas asociaciones literarias, era la mano de escribir -. Estaba escribiendo sobre la potencia de la enfermedad y de la asimetría corporal en la obra de Lina Meruane y Mario Bellatin. Nunca volveré a provocar a los dioses que convierten la escritura en una profecía.

Mi mano derecha yace exangüe, lívida, sobre una plataforma de elevación; los dedos apiñados, las uñas pintadas de rojo, apenas firmes para sostener un abanico como en un cuadro de Prilidiano Pueyrredón. Mi pierna derecha se siente como la del capitán Ahab, pero mucho peor escrita. No escribo las palabras que deseo; a estas las olvido fácilmente. Escribo las que son fruto de una negociación...

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