Mientras Juntos por el Cambio desilusiona, el kirchnerismo celebra

Sesión en la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires en la que se habilitó una nueva reelección de los intendentes bonaerenses

La anécdota la cuenta un dirigente radical del Conurbano recordando una situación conflictiva de la época en que presidía el Concejo Deliberante de su municipio a fines de los 90 y se perfilaba como candidato a desplazar al jefe comunal peronista. En un acuerdo con el bloque del PJ, habían nombrado en el Concejo a militantes que no trabajaban. La noticia tomó estado público y generó bronca entre los vecinos, que no toleraron la existencia de "ñoquis" en el distrito. "Le dije al intendente que estábamos al horno y me contestó que el problema era mío, que por ese tema a él no iban a dejar de votarlo". La historia concluye con que el intendente fue reelecto hasta 2007 y luego fue senador provincial . Quien cuenta esta historia, hace años que deambula como asesor de distintos diputados y nunca pudo hacer pie en su territorio, donde tampoco volvió a ser candidato.

El relato sirve para entender que los partidos políticos se hacen fuertes de acuerdo a sus posturas para conformar las demandas de sus votantes, que no siempre son las mismas. El votante peronista privilegia otras virtudes de sus gobernantes y no exige en la misma medida que aquel que elige sumarse a las fuerzas políticas opositoras. Esto se vio en las últimas semanas, donde luego de triunfo en las elecciones de noviembre, Juntos por el Cambio entró en un espiral de equivocaciones que desilusiona a sus votantes y hace celebrar al kirchnerismo.

A la derrota por un voto en el recinto de la Cámara de Diputados en la votación por la reforma de Bienes Personales , con la polémica ausencia de la diputada radical que viajó a Disney porque creía que "había culminado el año parlamentario", se le sumó el reciente apoyo en la Legislatura bonaerense a la modificación de la ley que impedía volver a presentarse en 2023 a los jefes comunales que ya llevan dos mandatos cumplidos. Todo eso generó bronca entre los seguidores de Juntos que visualizan en la coalición opositora una alternativa al gobierno y a todo lo que éste representa como proyecto de país, no solo desde el punto de vista económico, sino también desde los valores morales y republicanos que en este sector de la sociedad tienen un peso considerable. Del otro lado, el bloque kirchnerista votó lo mismo, pero no recibió ni una sola queja ni reclamo alguno de su gente.

Quien entendió esto y lo resumió en un...

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