El miedo a los efectos del default dispara los precios libres del dólar

que surgen de transacciones libres, aquellos que resultan del intercambio de activos en el mercado bursátil para arbitrar monedas o que se pactan directamente en la calle o en cuevas financieras (actividad ilegal, pero cada vez más floreciente) avanzaron de 1,2 a 3,7% ayer por la demanda de inversores y empresas que huyen del peso.La ola de coberturas por temor a un nuevo salto devaluatorio, que ya se había insinuado desde la cesación parcial de pagos, se intensificó ayer colocando los precios del billete cerca de los máximos alcanzados en la corrida cambiaria de principios de año.Los analistas aseguran que los traspasos se intensificaron al quedar en claro que los promocionados planes de bancos internacionales o empresas locales para comprarle la deuda al fondo NML no avanzan, lo que hace que el default continúe derramando efectos nocivos sobre una economía sumida en la recesión.A esto hay que agregar los temores que genera el giro que ensaya el Banco Central (BCRA) en su política monetaria al moderar, por tercera vez en cinco meses, los incentivos a las colocaciones en pesos. Ayer aplicó otra poda de un punto en el interés que paga por la deuda que coloca en el mercado para regular la oferta monetaria (Letras y Notas).Este tipo de interés de corto plazo, que rondaba el 16% nominal anual a fines de 2013 y había llegado al 28,8% tras la devaluación de enero para desalentar la corrida al dólar, quedó ahora en torno de 25,8%. La medida, reclamada por el ministro de Economía, Axel Kicillof, apunta a "estimular la producción de bienes y servicios y revitalizar el consumo", según justificó ayer el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich.Pero en el mercado creen que poco aportará en un contexto de aguda recesión como el actual y, por el contrario, ayudará a recrear condiciones de mayor "incertidumbre cambiaria".Ocurre que la tasa de las Lebac actúa como una referencia para el mercado, ya que los bancos deben adaptar a ella los precios que cobran por las financiaciones al consumo. Con ese límite, se intuye, los bancos serán de aquí en más moderados aún a la hora de ofrecer rendimientos para captar depósitos, lo que puede terminar incentivando a quienes mantenían colocaciones en pesos a intentar pasarse a dólares.Después de todo, la retribución que reciben por sus depósitos ni siquiera preserva el poder adquisitivo de esos pesos, en un contexto de elevada inflación. De hecho, éstas habían sido alentadas por la presunción de que el Gobierno volvería a apostar a una...

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