Miedo compartido: los usuarios del Sarmiento, resignados a enfrentar lo peor

http://www.lanacion.com.ar/choque-de-trenes-en-castelar-t49471como todos los días. La única diferencia es que, por esta vez, la gente esperaba, en largas filas, del lado de afuera. Aguardaban turno para tomar alguno de loshttp://www.lanacion.com.ar/1591948-randazzo-no-nos-pidan-que-en-un-ano-cambiemos-lo-que-no-se-hizo-en-50tras el choque de trenes en Castelar.Los miles de personas que tenían que viajar hacia la Capital abarrotaron la terminal y la fila de pasajeros atravesó por completo la estación. La interminable hilera doblaba por las esquinas, se bifurcaba según la ubicación de las diferentes líneas, continuaba a lo largo de la vereda, subía por las escaleras de la estación y terminaba del otro lado, luego de cruzar el puente peatonal. Toda la estación, en síntesis, envuelta en una enredadera humana.La llegada y la salida de ómnibus era casi constante. Según informó Télam, el Ministerio del Interior y Transporte dispuso un total de 185 colectivos que comenzaron a circular a las 5 de la mañana de ayer, desde las estaciones Moreno, Merlo, Padua e Ituzaingó, y hacia la estación de Once. Sin embargo, no fueron suficientes para evitar estas colas, las demoras y los colectivos repletos."No se puede creer, tengo una hora de espera para subirme. Voy a llegar tarde a trabajar, y volver a casa va a ser otro desastre. Lo de siempre", se quejaba Nora Laizarraga, una usuaria frecuente del Sarmiento.La cantidad de colectivos diferentes (no todos iban a las mismas estaciones) y la inevitable superposición de las diferentes filas generaron además mucha confusión e irritación entre los pasajeros, que no entendían dónde esperar. "Se supone que ésta es la cola que va a Once, pero no estamos seguros porque nadie nos dice", reclamó la pasajera Raquel Almeda. "¿Acá es la cola del 1? ¿Esta fila es para ir a Ituzaingó?", preguntaba la gente casi desesperada ante la posibilidad de esperar durante una hora el colectivo equivocado."La gente se pelea, nadie entiende adonde tiene que ir, hay una desorganización total", se quejó Juan Martinela, un gasista que utiliza el tren en forma diaria."Además, nos toca este lío; tener que esperar parados afuera justo hoy que hace este frío de morirse parece un chiste", agrega Paula Repeto, empleada de un comercio de Once.Si bien había coordinadores, éstos estaban ubicados cerca de donde llegaban los colectivos, y con tanta gente y con filas tan largas no era fácil llegar a ellos o conseguir una respuesta. Así, mucha gente abandonaba su...

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