El método de Brahms

genio y trabajo. No hay secretos ni discusiones: la música de Brahms es extraordinaria. Han quedado definitivamente atrás y bien sepultas aquellas diatribas que, en su contra, se arrojaban impiadosas desde los sectores wagnerianos de la tribuna. Brahms fue labrando su camino, intensamente romántico, personal por donde se lo mire y absolutamente original, a partir de la mejor tradición de la música austroalemana. Los adalides de la "música del futuro", tal como la llamaban los adversarios, fueron impiadosos en sus consideraciones. Brahms, impertérrito y confiado en sus talentos, siguió trabajando y forjando obras maravillosas una tras otra. En una carta a su amigo, el compositor y pianista Georg Henschel, explicó su metodología. Le decía que él escribía muy arduamente y que acostumbraba a dejar el manuscrito por algún tiempo, para dejarlo reposar. Si podía, antes de mandarlo a imprimir, buscaba, incluso, quien pudiera tocarlo. Y casi como una recomendación a Henschel, le señalaba: "Uno nunca debería olvidar que en la tarea de perfeccionar...

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