'Meter mano a la Justicia' (Parte II)

La palabra de un presidente debe ser cuidada y estar dirigida al conjunto de los ciudadanos y no una reacción a las presiones de quienes solo buscan impunidadEn el abierto ataque que dos de los poderes del Estado (Ejecutivo y Legislativo) realizan sobre el Judicial, el putsch, tal como relatábamos en nuestra edición de ayer, resulta notoriamente visible la mano de la vicepresidenta Cristina Kirchner, preocupada por solucionar en su favor las numerosas causas en las que se la sospecha de haber cometido diversos delitos, junto a ex y a actuales funcionarios de gobierno. Para lograr ese objetivo e instalar un poder hegemónico en el país -e incluso concretar sus venganzas-, presionó tanto al presidente Alberto Fernández que lo ha llevado a realizar declaraciones tan controvertidas como peligrosas: "En la Justicia debemos meter mano", "el Poder Judicial es el único de los poderes que en 30 años de democracia no fue revisado en detalle" y "ha llegado la hora de que lo hagamos", dijo, si bien aclaró que "meter mano quiere decir corregir cosas, institucionalmente hablando, con leyes". En el actual contexto, constituye una referencia gravísima de su parte.Conociendo la inquietud de quien lo había ungido, el Presidente tenía dos propuestas para satisfacerla: un plan de reforma judicial y una comisión consultiva que avalaría cambios drásticos. Pero no fueron suficientes: aunque la vicepresidenta intervino en ambos proyectos, luego los ignoró y hasta los despreció, llegando a decir que el plan no era lo que ella quería. En el fondo, lo que pretende es revivir su frustrado proyecto de reforma judicial de 2013 fulminado de inconstitucional por la Corte Suprema de Justicia.El plan del Ejecutivo fue diseñado por el Ministerio de Justicia siguiendo una antigua idea -buena en su origen, pero desvirtuada luego por el kirchnerismo- del actual secretario de Asuntos Estratégicos de la Presidencia, Gustavo Beliz, para diluir el poder de los pocos magistrados de Comodoro Py, distribuyéndolo entre muchos juzgados. Ya inicialmente se demoró por cuestionamientos de la propia vicepresidenta, hasta que finalmente fue enviado al Congreso. Implica un cambio total de la justicia penal del país, a un costo inmenso y que tiene como claro objetivo mejorar la situación de la propia Cristina Kirchner. Se trató además de una reforma a contramano de todos los Códigos procesales modernos. Mientras estos dotan a los fiscales de mayores poderes de investigación, lo que la reforma...

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