Messi brilla en la cancha antes de bañarse en oro

No debería sorprender que alguien que viene rindiendo desde hace varios años para ser el mejor del mundo empiece a poner los cimientos para ratificar esa condición durante 2016. Porque es una obviedad que Lionel Messi recibirá mañana, en Zurich, el quinto Balón de Oro de su carrera por lo hecho en 2015. Pero el almanaque ya contabiliza lo producido en este año para la premiación de principios de 2017. Cuando enero está despuntando, Messi sigue pletórico. Ayer marcó un hat-trick en el 4-0 a Granada, en una de esas goleadas que a Barcelona se le caen de los bolsillos y le sirve para ser puntero de la Liga de España, a la espera del partido de hoy ante Celta del Atlético de Madrid, que quedó un punto por debajo del líder.

Messi no suele olvidarse del gol, pero el del triplete es un arte que tenía un tanto postergado. En su constante evolución como futbolista, una de las facetas en que más se implicó últimamente es en la de asistente. Elabora y da pases de gol. Comparte la voracidad ofensiva con Luis Suárez y Neymar, un tridente que está haciendo historia y al que muchos observadores calificados ven como superior a otros tándem que descollaron en el pasado en el fútbol internacional de clubes.

Sólo esta versión hacia el futbolista total espació tanto este hat-trick de Messi del anterior, que se remontaba a marzo de 2015, en un 6-1 a Rayo Vallecano.

Barcelona tuvo ayer un partido menos belicoso que el del miércoles contra Espanyol, por la Copa del Rey. A ambos rivales les hizo cuatro tantos, pero mientras en el derbi catalán el fútbol de Iniesta y los goles de Messi esquivaron las trincheras, ayer el juego fluyó delicadamante sobre la pradera. Granada aceptó su inferioridad y se cubrió como pudo, sin recurrir a excesivas brusquedades.

Antes del cuarto de hora, el encuentro ya tenía dueño con dos goles de Messi, que hizo las tres definiciones a un toque. En el primero metió la diagonal para encontrarse con un pase de Arda. Fue el segundo partido del turco ex Atlétitco de Madrid, un media-punta de buena técnica, gambeteador y con panorama, condiciones que deberían facilitarle la adaptación al estilo del Barça.

El segundo tanto fue cuestión del tridente: de Messi a Suárez y de éste a Messi, que empujó la pelota al gol desde un ángulo abierto, cuando el arquero ya había quedado atrás. El tercero fue en el segundo tiempo, mérito a su institiva reacción para llegar antes que un defensor a tomar un rebote en un poste tras un disparo de Neymar.

Sin...

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