La mesa chica celebró y arma un frente con los gobernadores

En Olivos, antes de convocar a un gran acuerdo por el impuesto a las ganancias, el presidente Mauricio Macri reunió a su mesa chica. Había rostros distendidos y sonrientes por lo que consideraban una batalla política ganada frente a la oposición del peronismo unido y apuntaban a dos figuras: Sergio Massa, del Frente Renovador, y Axel Kicillof, del Frente para la Victoria.

"Hasta el ministro de Economía de Santa Cruz, Juan Donnini, firmó el acuerdo para posponer el debate en el Senado por el impacto fiscal para su provincia y criticó el dictamen de Kicillof y Máximo Kirchner", dijo uno de los ministros.

Donnini fue funcionario de Kicillof cuando éste era ministro de Economía de Cristina Kirchner. Ahora, a Donnini, cercano a La Cámpora, ministro de Alicia Kirchner, le tocó contradecir a Kicillof y a Máximo Kirchner. La sensación es que Macri logró empatar un partido: equilibrar una pelea que estaba casi perdida, pero que todavía no la ganó. "El Presidente está todavía muy enojado con Massa. Y con Miguel Pichetto, el jefe del bloque del FPV, la cosa está más o menos. Está dolido y les puso la presión a las provincias de responder con sus recursos porque no quiere ser el único garante de la racionalidad", dijo un funcionario.

De la reunión de Olivos participaron además el jefe del Gabinete, Marcos Peña; sus vicejefes, Mario Quintana y Gustavo Lopetegui; los ministros del Interior, Rogelio Frigerio, y de...

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