Los mercados dejan de confiar en Brasil

RÍO DE JANEIRO.- El veredicto internacional tan temido por el gobierno de Dilma Rousseff finalmente llegó. Anoche, una de las principales agencias calificadoras de riesgo, la norteamericana Standard y Poor's (SyP), rebajó la nota crediticia de Brasil, le retiró su tan preciado grado de inversión y consideró que, a partir de ahora, cualquier apuesta en la recesiva economía brasileña es una especulación con perspectiva negativa.

La agencia norteamericana sustentó su decisión en la crisis política que sacude a la administración de Dilma desde que en enero comenzó su segundo mandato en medio de conflictos en la coalición liderada por el Partido de los Trabajadores (PT), y en el continuo deterioro de las cuentas fiscales.

La semana pasada, por primera vez en la historia del país, el equipo económico de Dilma presentó al Congreso un proyecto de presupuesto para el próximo año que prevé un déficit, de casi 8500 millones de dólares, equivalente al 0,5% del producto bruto interno (PBI).

"Los desafíos políticos de Brasil siguen aumentando y pesan sobre la capacidad y voluntad del gobierno de presentar un presupuesto para 2016 coherente con la significativa corrección de políticas sugerida durante la primera parte del segundo mandato de la presidenta Dilma Rousseff", explicó SyP en su informe al referirse al ambicioso ajuste impulsado por el ministro de Economía, el neoliberal Joaquim Levy, muy resistido por sectores del PT y sus aliados en el Congreso.

Así, para SyP la nota de Brasil pasó de BBB- a BB+. Las otras dos grandes agencias calificadoras de riesgo, la estadounidense Moody's y la británico-estadounidense Fitch, todavía mantienen el nivel de inversión para el país, pero sus puntuaciones (Baa3 y BBB-, respectivamente) están también a un escalón de transformarse en "grado especulativo".

En el gobierno brasileño la noticia fue recibida con absoluta sorpresa. No se aguardaba un cambio en las notas crediticias sino hasta por lo menos fin de año, para cuando se tenía la esperanza de que los esfuerzos del equipo económico por recortar los gastos dieran frutos y evitaran el descalabro.

Ahora, esta nueva calificación de SyP podría llevar a que Moody's y Fitch revean sus evaluaciones, lo que tendría un impacto muy negativo en la economía brasileña, que se prevé que este año se contraiga en torno al 2,4%, con una inflación que no da señales de reducirse y ya alcanza el 9%. De acuerdo con los analistas del mercado, la recesión se extendería al año...

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