El mercado reacomoda sus apuestas y vuelve a mirar el peso

Por primera vez en largos meses, varios bancos le pidieron ayer cerca de $ 1000 millones en préstamos de corto plazo al (BCRA) para poder reacomodar sus carteras de inversión en pesos sin resignar capacidad prestable.

El dato devela también que habían participado de la dolarización general que vivió el mercado local en las semanas previas a las PASO y confirma una acelerada normalización en su funcionamiento, tras la corrida cambiaria.

El financiamiento se concretó al acudir ayer varias entidades a la ventanilla de pases activos del ente monetario que, por la elevada liquidez que mantenía la economía (producto del desborde monetario que caracterizó los últimos años del gobierno de Cristina Kirchner), estaba en desuso desde hacía tiempo y ofrece asistencia de liquidez a una tasa del 28,25% anual.

Por el contrario, la que habitualmente funciona es la ventanilla que toma dinero de los bancos (pases pasivos) que derivan allí parte de su excedente de liquidez temporal (la que juzgan más estructural la colocan en Lebac) para cobrar por esos pesos momentáneamente ociosos tasas del 24,25% anual.

El pedido de ayuda fue interpretado desde el BCRA como una confirmación de que la economía se mueve en un esquema de condiciones monetarias lo suficientemente restrictivas como para marcarle límites a la inflación. Y como una demostración de que la demanda de crédito, en especial la de largo plazo (hipotecas), está obligando al sistema bancario local a reordenar sus prioridades y su liquidez.

Las condiciones de estrechez monetaria quedaron a la vista además en la nueva subasta mensual para renovar su deuda contraída en Letras realizada ayer, licitación en la que volvió a renovar el 85% del monto total de $ 534.983 millones, ya que los bancos aprovechan parte del dinero recobrado para redirigirlo a pases antes de (hacia fin de mes) ponerse en línea con las exigencias de encaje. Esto es algo que se hizo usual desde que estas colocaciones tomaron frecuencia mensual.

Lo hizo pactando las mismas tasas del 26,50% anual que había validado hace un mes para los tramos cortos, pero elevando algo las del largo (en línea con los precios a los que se operaban estos títulos en el mercado), con lo que introdujo incentivos de precio para empezar a ganar manejo sobre un stock de deuda elevado (superaba los $ 942.000 millones, es decir, 110.000 millones más que el total de la base monetaria) y se mantenía demasiado cortoplacista a tal punto que ayer, por caso, le vencía más...

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