El 'mercado presente' que Cristina no puede ni imaginar

Cristina Kirchner

La Argentina enfrenta problemas estructurales en varios frentes. Uno de los más difíciles de abordar es el sentido común económico de Cristina Kirchner : una suerte de religión propia que tiene al Estado como tótem y al Mercado y al sector privado como tabú . Las últimas medidas de los ministros Martín Guzmán o Juan Zabaleta , moldeadas en parte en respuesta a la presión de las concepciones económicas de la vicepresidenta en medio de una coyuntura delicadísima, que el presidente Alberto Fernández tampoco atina a controlar, confirman el sesgo y los efectos colaterales problemáticos que generan las creencias vicepresidenciales. Tanto la confrontación con los movimientos sociales que la vicepresidenta abrió en el acto de la CTA como las limitaciones a las importaciones que alentó con el llamado de atención sobre el supuesto "festival de importaciones" se inscriben en esa cosmovisión. El resultado, una concepción de la vicepresidenta que borronea el rol fundamental del sector privado en la generación de soluciones económicas virtuosas y sostenibles o que, directamente, lo condena tanto en el discurso como en la práctica, por ejemplo, el dejar atrás los planes sociales para dar lugar a la creación de empleo formal.

Los tiempos de la Argentina son otros. Agotado el "Estado presente" en su potencial simbólico y su capacidad de financiación, toda fuerza política que quiera tomar la posta hacia el futuro, como máximo, o, como mínimo, sobrevivir, está casi obligada a machacar con otro mantra: llegó la hora del "Mercado presente" . La vicepresidenta, en cambio, está más atenta a su creencia histórica que a la percepción de los cambios de época.

Cualquier esperanza en torno a una futura Cristina Kirchner de mayor racionalidad económica, potenciada en los últimos días por el encuentro, a instancias de la vicepresidenta, con el economista Carlos Melconian , crítico de la matriz económica productiva del kirchnerismo, queda desmentida por los legados económicos de Fernández de Kirchner con su propensión al déficit y la emisión, el estancamiento del empleo privado que se inauguró en 2011 , cuando arrancó su segunda presidencia, el cepo a las exportaciones y el ocultamiento de la pobreza , por ejemplo, pero sobre todo, por las posibilidades que no abraza en el presente.

Aún teniendo el poder de marcarle la cancha a su coequiper en el Poder Ejecutivo, Cristina Kirchner opta por una concepción que postula la hermenéutica de la sospecha en...

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