El mercado nunca avisa

La negociación que el Gobierno acaba de emprender con el Fondo Monetario Internacional desempolva una vieja discusión económica argentina que, hasta hace diez días, Mauricio Macri creía haber resuelto con la aplicación del gradualismo. Consiste en dilucidar en qué magnitud y en cuánto tiempo un país que gasta lo que no produce se puede ir adecuando a sus reales posibilidades para no terminar cayendo, como ocurre, cada diez años en una crisis.

Una de las variables en las que, junto con la reducción del déficit fiscal, el equipo económico tendrá que ponerse de acuerdo es en el valor del peso, que el staff del organismo juzgó en diciembre, en el informe que confeccionó luego de la revisión del artículo IV de su convenio constitutivo, como sobrevaluado entre un 10 y un 25% en términos reales. Es decir, un nivel de apreciación cambiaria similar al actual, que el economista Dante Sica calculó ayer en 24%.

Será uno de los ejes de las conversaciones en Washington. Una devaluación abrupta puede ser problemática en un país con cultura inflacionaria, pero es difícil que el FMI esté dispuesto a financiar la fuga de capitales aportando fondos que fogoneen la adquisición de dólares baratos. Ya antes de la reunión que Nicolás Dujovne tuvo el miércoles con Christine Lagarde, en el Gobierno preveían un desacuerdo por el tiempo en que se debería converger a ese dólar de equilibrio, con flotación limpia, que suele recomendar el organismo. No será lo mismo, en términos de traslado a precios, hacerlo de golpe que de manera paulatina. Macri pretende volver a proponer gradualismo, esta vez cambiario, pero lo hará ante un staff que está entrenado para ir por todo y al que no le preocupan las reelecciones de la dirigencia política. Su apuesta será entonces tender puentes con los países que mandan en el directorio. Adolfo Canitrot, académico que integró el equipo de Juan Sourrouille y que murió en 2012, solía recordar que en 1985, en una negociación que había empezado dura en Washington, quien rompió el hielo en la relación entre la Argentina y el organismo fue Paul Volcker, director de la Reserva Federal. "Lo compro", decía Canitrot que dijo Volcker al verle posibilidades al Plan Austral, según contó años atrás en una entrevista con Juan Carlos De Pablo.

La inconveniencia de una devaluación acelerada se planteó en la Casa Rosada el viernes de la semana pasada, en una extensa reunión de la que participaron integrantes del equipo económico y en la que se habló por...

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