Un mensaje letal: todo da lo mismo

Sesión en la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires para la reelección de los intendentes bonaerenses, el martes

Desde que ganó las elecciones legislativas de noviembre y abrió un horizonte para el país por el hecho de representar un obstáculo para el proyecto hegemónico del kirchnerismo, Juntos por el Cambio parece empeñado en dilapidar los frutos de ese triunfo y el capital que tanto trabajo le costó reunir . El problema es que cada metro que pierde lo gana el oficialismo en su batalla por la impunidad y el poder eterno, una lucha que emprende con la estrategia de convencer a la sociedad de que, como escribió Discépolo, "vivimos revolcaos en un merengue, y en un mismo lodo, todos manoseaos ".

Mientras neutraliza las causas que la desvelan mediante los oficios de jueces militantes, Cristina Kirchner busca imponer la idea de que nadie está limpio como para juzgarla por los hechos de corrupción con prueba irrefutable que investiga la Justicia: si todos somos pecadores, ¿de qué pecados me hablan? En su relato, ella y sus funcionarios procesados son las pobres víctimas de un sistema político envilecido en el que todos van por el queso, movidos por ambiciones inconfesables de las que nadie se salva. La oposición, olvidada del mandato de sus propios votantes, le regala argumentos. Es decir, por voluntad propia se revuelca en el mismo lodo . Además de representar una contradicción inadmisible con sus postulados, el mensaje que dio Juntos por el Cambio con su apoyo a la reelección de los intendentes bonaerenses es precisamente aquel que busca imponer el kirchnerismo: "Ellos son iguales a nosotros, o peores". El éxito de la teoría del lawfare , que la vicepresidenta esgrime para borrar las causas que se le siguen, depende del arraigo que el oficialismo logre darle a esta resignada idea discepoliana.

Eso representa la oposición para la mayoría de los argentinos que la votó: la aspiración a ser mejores. La esperanza de que podemos serlo

Así como resulta maniquea toda división tajante entre bien y mal, sería simplista creer que el mero hecho de llevar puesta la camiseta de la oposición le confiere a un político el carnet de honesto. Juntos por el Cambio no representa al bien en su lucha contra el mal. Bastaría con que la mayoría de sus dirigentes tuviera como premisa la aspiración a construir una mejor democracia de la que hoy tenemos. Eso representa la oposición para la mayoría de los argentinos que la votó: la aspiración a ser mejores...

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