Menos magia y más trabajo duro para salir de la crisis

La ilusión de que a la Argentina la va a salvar una buena cosecha vuelve a estar presente en pleno siglo XXI. "Macri va a abrir los silo bolsas para que aparezcan los dólares", dijo un periodista en uno de los tantos programas políticos de la TV que se emiten en horario nocturno. En el imaginario de una parte de la opinión pública todavía se valora al campo como la actividad que motoriza al país. Sin embargo, la afirmación encierra el riesgo de creer que la feroz crisis que afecta al corazón productivo de la Argentina se puede solucionar mágicamente.

Quien resulte ganador del ballottage de mañana encontrará un Banco Central sin reservas y una economía en recesión, con precios distorsionados, inflación y costos en alza. Es una de las herencias que deja el kirchnerismo, que supo desperdiciar los mejores años de precios internacionales favorables para los productos que exporta la Argentina. Por ejemplo, los 80.000 millones de dólares que recaudó el Estado en 12 años por derechos de exportación pagados por el agro fueron dilapidados. Ni siquiera se usaron para construir rutas o reparar caminos rurales. Y menos aún para dar servicios de calidad a la población en educación, seguridad o salud.

Ya no está aquel escenario internacional tan favorable con una cotización de la soja en US$ 600 la tonelada en Chicago. La economía brasileña está parada y China bajó un cambio. El que asuma la presidencia el 10 de diciembre próximo deberá arremangarse y trabajar duro para recomponer la productividad. Para el campo se aproxima un cambio de clima, gane quien gane. La política de puertas cerradas al diálogo está llegando a su fin. Por supuesto, hay diferencias entre las propuestas del candidato del oficialismo, Daniel Scioli, y el de la oposición, Mauricio Macri. Sólo en las últimas semanas, tras el resultado de las elecciones primarias, el sciolismo se preocupó por ser enfático en prometer la eliminación de las retenciones al trigo y al maíz y la rebaja de diez puntos a las retenciones a la soja. Sí lo había hecho antes con los derechos de exportación para las economías regionales. Pero poco dijo sobre la intervención en los mercados, la presión impositiva o las distorsiones al comercio. Para el kirchnerismo duro, en el que Scioli logró respaldo, el campo sigue siendo parte de los "sectores concentrados de la economía".

El programa de Cambiemos para el agro fue explícito mucho...

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