Menores tras las rejas: la situación crítica de los institutos bonaerenses

LA PLATA.- Cada mañana, Axel se levanta y ve un Mickey Mouse que se mete los puños en los ojos y sangra. Es un dibujo pintado en la pared de su celda del Centro de Recepción y Contención de Menores de Pablo Nogués, en Malvinas Argentinas, en el noroeste del conurbano. Ahí, Axel duerme en un colchón en el piso. Sabe que las cucarachas caminan por las paredes como si estuvieran en su casa. Lo que no sabe es cuánto tiempo va a estar ahí ni cuánto tiempo más podrá vivir así.

Son tres en esa "pieza", porque desde que se ahorcó Maxi en una celda del mismo módulo ya no dejan que nadie duerma solo. "Es que acá pensás mucho", dice Axel. Y confiesa que extraña a su papá y a su hermanita, que murieron en un accidente; a su mamá, que tampoco está, y a su madrina, que lo visita cada fin de semana, durante las únicas tres horas que puede recibirla.

Según la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), los 619 jóvenes que están en los 27 centros cerrados bonaerenses viven una "situación carcelaria" aun cuando la ley no permite que los menores de edad estén presos. En el informe "El sistema de la crueldad", que realiza cada año la CPM a partir de las inspecciones periódicas de estos sitios, se lee: "Existe una ausencia total del «acceso a derechos» y de la posibilidad de pensar proyectos de vida que potencien sus posibilidades de transformación. Los centros son verdaderas cárceles para niños y niñas".

Aunque desde el Organismo Provincial de Niñez y Adolescencia dicen "respetar" la postura de la CPM, insisten en que decir que los centros son "una cárcel" significa restarle importancia al trabajo de mucha gente. "Cuando la condena de los jóvenes se extiende más allá de los 18 años muchos jueces solicitan a Niñez y Adolescencia que los adolescentes continúen en nuestros dispositivos y no en los del Servicio Penitenciario. Es decir, para la Justicia tampoco son comparables ambos sistemas", explica Felipe Granillo Fernández, subdirector de Responsabilidad Penal Juvenil.

"El Estado llega cuando es demasiado tarde", admite Pilar Molina, directora del Organismo Provincial de Niñez y Adolescencia, que ahora depende del Ministerio de Desarrollo Social bonaerense.

La fijación del "límite"

En el centro de Pablo Nogués viven 52 jóvenes de entre 16 y 20 años. En 2005 se construyó el edificio, que tenía cuatro módulos. Un año después, eran tres. El que quedó inhabilitado tenía problemas de cloacas.

Leonardo Meza, asistente de minoridad, o "maestro", como le dicen los...

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