Méndez renunció a la UIA en medio de una fuerte interna

Fue una comida difícil. El lunes por la noche, tres dirigentes fabriles acorralaron a Héctor Méndez, presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), en un restaurante porteño que los junta bastante seguido. Eran Luis Betnaza, de Techint; José Ignacio de Mendiguren, de la pyme Texlona SA, y Miguel Acevedo, de Aceitera General Deheza. Querían que Méndez se definiera en público, con toda la UIA detrás, contra el pedido de Javier Madanes Quintanilla, el dueño de Aluar, que desencadenó la semana pasada una fuerte pelea interna reclamando internas abiertas para la entidad.Méndez no estaba de acuerdo. Consideraba que eso no hacía falta. Tiene, por otra parte, una buena relación con Madanes Quintanilla. Ya había fracasado, horas antes, la propuesta de emitir un comunicado público contra el jefe de Aluar. El líder de la UIA se fue entonces disgustado. Reflexionó durante todo el martes y, ayer, bien temprano, presentó la renuncia a su cargo. Por la tarde, Acevedo, su reemplazante natural en el organigrama (es vicepresidente 1° de la central), convocó a la reunión de comité directivo, el martes próximo, para discutir todas estas cuestiones entre todos. Por ejemplo, si se le acepta la dimisión al dueño de Conarsa SA.Fue el clímax de una interna que viene en realidad desde noviembre, cuando en la UIA se empezó a advertir que, a diferencia de lo que había ocurrido históricamente, el presidente no estaría designado por consenso antes de fin de año. Desde 2005, la renovación de autoridades se hace por acuerdo entre las dos principales corrientes fabriles, Industriales y Celeste y Blanca, que se alternan en la conducción cada dos años. En ese contexto, el pedido de Madanes Quintanilla, que pareció caer con la precisión de un experto en tiempos políticos, agrandó las heridas en momentos en que la mayoría discutía otra cosa."Estimados amigos: creo que todo tiempo tiene su fin -empezó Méndez en el texto de despedida, enviado a la junta directiva y al consejo general de la UIA-. Creo, también, y siempre lo sostuve y lo practiqué durante el largo período en que me tocó integrar los cuerpos orgánicos de nuestra institución, que todas las cuestiones internas debían mantenerse, siempre, dentro de los ámbitos de nuestra casa. Observo con preocupación que este principio, que nunca debíamos olvidar, ha dejado de cumplirse. Consecuente con esto, quiero comunicarles a mis colegas mi renuncia a la presidencia de la Unión Industrial Argentina que me confiaron por segunda vez. Siempre...

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