Mejor por la razón que por la fuerza

La propaganda de los partidos sirve para comunicar a los electores por qué deberían votar a un espacio político. El objetivo es transmitir los valores y las ideas que fundamentan sus acciones, con lo cual suele ser interesante prestarles atención para ver qué idea de país es la que persiguen los candidatos.

Para esta campaña presidencial de 2011, el oficialismo ha decidido armar su campaña en torno a la palabra "fuerza": la fuerza de un pueblo, la fuerza de la ciencia, la fuerza de la dignidad, etcétera. Esta no es una palabra menor ni casual: es un concepto que representa la forma que tiene el kirchnerismo de entender la política: una carrera por la acumulación de fuerza, por la concentración del poder.

Yo puedo dar fe de que esto es así, de que se trata de un espacio político que no cree que la democracia signifique escuchar al otro aunque piense diferente y que desestima la importancia de consensuar con otros partidos. Durante el conflicto por la resolución 125, las frases "a libro cerrado", "verlos de rodillas", "a todo o nada" eran moneda corriente. Para el kirchnerismo no hay espacio para el diálogo o el disenso: si se tiene la fuerza suficiente, se avanza.

Siempre estuve en desacuerdo con esto, y por eso hoy, en mi rol de candidato a diputado nacional por la Coalición Cívica, me propongo aprovechar mi experiencia en la Comisión de Enlace, donde logramos unir cuatro entidades con pensamientos diferentes para defender a los productores rurales, con el objetivo de ser un nexo entre diferentes fuerzas políticas y trabajar en acuerdos que nos permitan a los argentinos salir del cortoplacismo.

Nuestra postura de búsqueda de consensos no es ingenua ni impracticable. En países vecinos se han puesto de acuerdo en políticas de Estado. Brasileños, uruguayos y chilenos hacen un esfuerzo y trabajan con entusiasmo por su país, porque tienen la certeza de...