Máximo se refugia con los intendentes en el conurbano

La apatía electoral pasó de ser una señal inquietante a convertirse en un riesgo estructural para el sistema democrático. El grado de desinterés por la política que expresa la ciudadanía es tal que los no identificados con alguna fuerza ni saben a quién votar representan a casi la mitad del electorado. Esa abrumadora mayoría que no parece dispuesta a creer en lo que se le propone, es la conclusión de los sondeos realizados en febrero que circulan en Juntos y el Frente de Todos. Ese dato está condicionando su oferta electoral.

Sobre todo porque Javier Milei podría configurar una excepción a ese presunto fenómeno masivo de escepticismo. Según esos estudios, el líder de Avanza Libertad desplazaría al oficialismo hacia el tercer lugar y le disputaría el primero a Juntos. Esa posibilidad está ejerciendo una influencia notable entre algunos de sus miembros. Más dispuesto que hace un año atrás a revisar viejas creencias, el grueso del radicalismo rodeó en la fiesta de la Vendimia a Patricia Bullrich . Aparentemente, la única dirigente capaz de competir por el voto que aglutina Milei. Pero ese cambio de ideas puesto en escena en Mendoza implicaría más que la superación de enconos entre esos radicales con Macri mientras gobernó. La influencia del expresidente en el entorno de Bullrich acumula evidencias. La supuesta oferta de un cogobierno serviría para saldar aquel pasado. Y a Macri para aislar el acuerdo que Horacio Rodríguez Larreta mantiene con Gerardo Morales y Martin Lousteau.

El jefe del gobierno porteño insiste en establecer un antagonismo con Cristina por toda respuesta a la curiosa forma adquirida por la grieta: un abismo que separaría a la sociedad de la mayoría de los dirigentes. Probablemente uno de los aspectos de su estrategia que desconcierta a Macri, obsesionado con retener la ciudad para el Pro y hacerla el vértice ordenador del partido. ¿Una exageración? Es probable. Igual que elegir a la provincia de Buenos Aires para llevar adelante esa experiencia con la UCR.

Esa posibilidad coincide con una preocupación en Juntos. El triunfo en el distrito electoral más importante debería garantizarlo el candidato a presidente porque no pueden hacerlo quienes aspiran a suceder a Axel Kicillof. Al gobernador no lo favorece que esa tendencia gane adhesiones en el oficialismo. A medida que la disputa interna crece, disminuye la posibilidad de ser reelecto. Es decir, aumenta la chance de ser convocado a competir por la presidencia.

Kicillof es el...

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