Máximo Kirchner y Monzó, figuras de la jura de los nuevos diputados

Fueron dos sesiones en una. Un reflejo del tablero fragmentado que estrenó ayer Diputados. En una primera escena, Máximo Kirchner hizo estallar a la militancia que ocupó las galerías, cuando al asumir su banca juró "por los que nunca aflojaron, ni aflojan ni van a aflojar". Con el nuevo oficialismo al mando de la Cámara, Emilio Monzó, designado titular del cuerpo, agradeció a Mauricio Macri y se metió en la polémica por el traspaso presidencial.

"Pido a todos colaboración para que el día más importante de la democracia todos colaboremos, respetando a quien deja el mandato y facilitando la asunción del nuevo presidente", dijo el diputado por la provincia de Buenos Aires, ingeniero del armado electoral de Macri en el interior. La petición fue una de las últimas frases de un discurso que debió interrumpir varias veces por la emoción. "¡Sí, se puede! ¡Sí, se puede!", le cantaron desde las bancadas que integran el frente Cambiemos.

Para entonces, la Cámara ya había cambiado de signo. El nuevo presidente del bloque de Pro, Nicolás Massot, fue el encargado de postular a Monzó. Según el acuerdo al que habían llegado los principales bloques, después se designó al resto de las autoridades. El gobernador saliente de San Juan, el peronista José Luis Gioja, se quedó con la vicepresidencia primera; la radical cobista Patricia Giménez, con la vicepresidencia segunda, y el massista Felipe Solá, con la tercera. Además, se nombró como secretario parlamentario de la Cámara a Eugenio Inchausti, un histórico del radicalismo, y como secretaria administrativa, a Florencia Romano, una dirigente joven, cercana a Monzó.

Todos ellos juraron sobre el final de una sesión que demoró su inicio una hora y media, debido diferencias dentro del Frente para la Victoria por la designación del prosecretario administrativo, cargo en el que el FPV, que sigue teniendo la primera minoría y fuerza para reclamar puestos en el cuerpo, pretende nombrar al actual viceministro de Economía, Emanuel Álvarez Agis, de La Cámpora. El casillero finalmente quedó vacante y será ocupado en la próxima sesión, tras una consulta con Cristina Kirchner.

Con esa excepción, y dejando de lado unos pocos discursos cargados, la sesión transcurrió en un clima de cordialidad entre los nuevos diputados. Los aires de armonía se notaron en el inicio del discurso de Monzó. El flamante presidente de la Cámara agradeció a Ernesto Sanz y Elisa Carrió, artífices de la alianza electoral que llevó al poder a Macri...

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