Máximo y Florencia Kirchner, por primera vez ante la Justicia

y sus dos hijos, y , deberán comparecer ante la Justicia mañana y pasado, para enfrentar acusaciones de pertenecer a una organización dedicada a recibir dinero de empresarios a los que beneficiaron con obras públicas, licencias de juego o la explotación de áreas petroleras.

La otrora familia presidencial se expone así a ser procesada por el juez federal por cargos que van desde la asociación ilícita al cohecho, pasando por el lavado de dinero y las negociaciones incompatibles con la función pública.

Florencia Kirchner inaugurará mañana a las 9 la lista de indagados, y una hora más tarde la seguirá su hermano, Máximo. Será su primera indagatoria. El martes todo terminará con Cristina Kirchner.

Florencia no quedará detenida ya que, a pedido de la ex presidenta, el juez Bonadio la eximió de prisión bajo la promesa de que no huirá. Podrá de esa manera transitar todo el proceso en libertad.

Máximo Kirchner no tiene esa preocupación porque sus fueros como diputado nacional le dan inmunidad de arresto y lo protegen.

Cristina Kirchner dijo que no teme cualquier acusación, incluso quedar presa, pero avisó que no se metan con sus hijos.

Todos serán indagados por Bonadio y el fiscal Carlos Rívolo como dueños de la firma Los Sauces, dueña de inmuebles que los Kirchner alquilaron a los empresarios Lázaro Báez y Cristóbal López, contratistas o beneficiarios del Estado.

La sociedad Los Sauces era de Néstor y Cristina Kirchner, y Máximo tenía un pequeña porción de las acciones. Tras la muerte del ex presidente, las acciones se repartieron entre sus tres herederos y por eso la acusación alcanza a todos.

Florencia y Máximo escucharán mañana de boca del secretario de Bonadio la acusación, que consiste en integrar una organización que actuó entre 2003 y 2016 para "recibir dinero como ilegítima contraprestación por el indebido otorgamiento de la concesión de obra pública, de licencias habilitantes de juego y/o áreas de la industria petrolera e introducirlo en el mercado financiero, procurando brindarle una apariencia de origen lícito".

La organización se valió de las empresas de López y de Báez, que hasta remodeló la casa de los Kirchner en Río Gallegos. Máximo Kirchner leerá el funcionario judicial, "era el que se encargaba con el aval de Cristina y Florencia Kirchner, como director o miembro del directorio de Los Sauces, de celebrar en algunos casos los contratos de alquiler de los inmuebles y de depositar en las cuentas del Banco de Santa Cruz y del Banco...

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