Matungo: el turf y la vida, contados en una miniserie

Hay un respeto en la gente que trabaja en Matungo que hace posible que todo transcurra en una paz inesperada, tan necesaria en la villa hípica de Palermo. La miniserie se propone mostrar el costado más humano del turf, a través de personajes que empiezan tan de abajo que están en los márgenes de la vida y que por eso mismo se atreven en un mundo ajeno, desconocido y casi misterioso, con la esperanza de sobrevivir, dentro del hipódromo y afuera. Mariano Farías no estaba tan ajeno al turf como los personajes y la mayoría de los actores. Él realizó el documental El deporte de los reyes, donde el turf le fue develado. Y allí nació el germen de Matungo, que es una historia. Otra historia.

"Por sobre todas las cosas, Matungo es un desafío enorme, la ilusión de aprovechar una pantalla para transmitir algo bueno. Siempre tuve en el corazón esa idea para cuando pudiéramos hacer un proyecto audiovisual de esta magnitud, y más allá de la lucha que significa para un realizador, Matungo muestra una historia de superación, de alguien que no tuvo oportunidades, que estuvo marginado y desde la marginalidad encuentra un camino por su instinto, que lo hace descubrir torpemente su cercanía con los animales. De esa torpeza y falta de palabras descubre que tiene una relación muy fuerte con los caballos. Él no lo busca, le va sucediendo, y entonces aprovechamos para romper ese paradigma de que todos podemos ir tras un sueño, sino que en este caso, como dice el eslogan de la serie, «a veces los sueños te encuentran». Se destacan los valores de la vida, tanto en los animales como en las personas, marginados o no."

Ese alguien que ve la oportunidad en los caballos de carrera, que se convierte en jockey sin credenciales y que lucha por superarse, es Adrián, el personaje de Sergio Podeley. Y en esa pelea trata de vencer el escepticismo de clase de su padre, al que personifica Alejandro Awada, reciente ganador del Martín Fierro. "Mi personaje es un hombre que viene de una extracción social compleja, no tiene trabajo, entonces se dedica a cartonear y no tiene la más mínima idea de qué significa el mundo del turf. Lo que tengo a favor es que yo tampoco tengo la más mínima idea del mundo del turf. Es la primera vez que piso el hipódromo de Palermo del lado de adentro, y estoy viendo que es apasionante, es extraordinario. Me encuentro con los peones y los trabajadores..."

Tan grande es la puja de padre e hijo y el convencimiento de éste que aquella barrera del hombre que...

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