Massa, un grosso, pide un nuevo cepo

Antes de sentarme a escribir esta columna tuve muchas dudas sobre cuál había sido el hecho más importante de la semana. ¿Los barriles de efedrina descubiertos en Ezeiza? ¿El fallo de la Corte que autorizó los aumentos de la luz? ¿Que De Vido vaya a juicio por la tragedia de Once? ¿La presentación del libro El grito de la Victoria, de la Xipolitakis?

Son noticias de gran relevancia, sin duda. Vamos a la primera. El hallazgo de los barriles provocó un choque entre la ministra Bullrich y Gómez Centurión, desplazado de la Aduana. Discutieron sobre quién avisó primero. Durante el kirchnerismo, Aníbal Fernández y José Granero, de la Sedronar, también se peleaban por la efedrina, pero para ver quién controlaba el negocio. La segunda noticia. Como el Gobierno ha demostrado que el tema de las tarifas le queda grande, está bueno que la Corte, re gauchita, le dé una mano. Hay mucha gente -acaso el propio Macri- que se va a sentir más cómoda con una política energética diseñada por los jueces y no por Aranguren. La tercera. El agravamiento de la situación judicial de De Vido viene a demostrar que, así como no hay mal que dure 100 años, tampoco hay poderoso que sea inmune a 100 casos de corrupción. O 140, o 750, vaya uno a saber: Julio se tentaba fácil. Siento lástima por el gran arquitecto: tantos años juntando guita para tener que dilapidar parte de su fortuna en el pago de abogados carísimos. Suerte que se atrincheró en el Congreso, protegido por los fueros. A De Vido lo necesitamos libre, asesorando a la Corte en temas energéticos. La cuarta. El lanzamiento del libro de Vicky es un revulsivo en un panorama editorial previsible y monocorde. Si queremos que nuestros chicos lean, ¿qué los va a atraer más, el Yo acuso, de Margarita Stolbizer, o sentencias viscerales de la Griega como "los corpiños me dan claustrofobia y las bombachas las uso de vez en cuando"? Quizás por frases de ese tenor, muchos se toman a la ligera esta incursión literaria de Vicky, una chica que después de su amorío con Ottavis ha quedado asociada a la lucha por la liberación de los pueblos oprimidos.

En esas cavilaciones estaba cuando otra novedad me hizo cambiar el foco. Sergio Massa propuso, mediante un proyecto de ley, cerrar por cuatro meses las importaciones de bienes de consumo. La iniciativa puede sonar extraña porque, según el economista Nicolás Dujovne, en ese rubro la Argentina es una de las cinco economías más cerradas del mundo. Comparte cartel con Omán, Kazakhstán...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR