Martín Guzmán cerró su ronda de 'encuentros estratégicos' para seducir a los bonistas

WASHINGTON.- Bajo un férreo hermetismo, el ministro de Economía, Martín Guzmán, buscó dar un nuevo paso hacia la resolución de la crisis de la deuda en Nueva York, al cierre de una gira que comenzó en Arabia Saudita, con el encuentro de ministros del G-20 en Riad, y continuó en Washington, con una nueva reunión con los técnicos del Fondo Monetario Internacional (FMI), que ungió la estrategia del gobierno de Alberto Fernández de negociar una quita con los bonistas.El Ministerio de Economía mantuvo la agenda de Guzmán en estricta reserva, sin develar información respecto de con quiénes se reunió o qué aspectos del canje discutió el jefe del Palacio de Hacienda en sus "encuentros estratégicos" en Nueva York. Es un "momento crítico" previo al canje de la deuda, había graficado el joven ministro, en su único contacto con la prensa, anteayer, en Washington. La única información oficial fue que Guzmán regresará hoy a Buenos Aires.Guzmán volvió a Nueva York un mes después de su primera visita como ministro de Economía, a fines de enero, cuando viajó a un desayuno en el Consejo de las Américas, que dejó a los inversores frustrados por la falta de precisiones sobre su programa económico y su estrategia para renegociar la deuda.Esta vez, Guzmán regresó a Nueva York con la cobertura que le brindó el FMI al Gobierno, al indicar que los bonistas deberían hacer una "contribución apreciable" para resolver la crisis de la deuda, y luego de haberle dicho al Congreso que una meta fiscal "factible y realista" es llegar al equilibrio recién en 2023, una proyección que el mercado leyó como una postergación tácita del ajuste al próximo gobierno. En el mercado esperaban que el Fondo "empujara", en palabras de una fuente, "a un ajuste fiscal de verdad".No son las únicas realidades de la negociación que el mercado ha comenzado a internalizar. El Gobierno también brindó señales de que su intención parece ser avanzar en el canje con los bonistas, primero, y, después, continuar con la negociación con el Fondo para reperfilar la devolución de los US$44.000 millones que tomó el gobierno de Mauricio Macri del acuerdo stand-by por US$57.000 millones, el mayor en la historia del FMI.En el mercado creen que esa secuencia puede llegar a ser riesgosa, al intentar buscar un acuerdo con los bonistas sin las garantías -relativas- que brindaría un eventual programa aprobado por el Fondo, y solo con el aval del organismo a la estrategia...

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