Maravillas escondidas en las películas mudas

Una de las tantas virtudes del cine es esa capacidad de reproducirse sin respetar un orden lineal. Así, a la cantidad de estrenos semanales y novedades no comerciales se suman obras que vienen del pasado. Descubrimientos centenarios que arrojan entonces pequeñas luces sobre la historia del medio.

Una variedad tan nutrida como apasionante conforma la colección Mosaico criollo, la primera antología del cine mudo argentino. Allí, con tanta prolijidad como firmeza, puede verse cómo el doctor Posadas cura una hernia. Luego, la inauguración de un asilo de ancianos, una versión agrandadísima de las patas de las moscas y todos sus peligros, e incluso la llegada de un tren (de La Plata a Saladillo Norte). Pese a que es sabido lo fructífero y vasto que fueron esos años en el país, poco (muy poco) material es lo que se encontró, catalogó y se puso a disposición del público. De allí que esta colección, llevada adelante por el Museo del Cine Pablo D. Hicken, tenga un valor incalculable.

Filmados entre 1899 y 1932 y con duraciones que oscilan entre los 9 y los 73 minutos, los títulos de la antología conforman un imperdible pantallazo por esos primeros años del cine, que aúnan registros documentales más o menos casuales, pequeñas ficciones y producciones increíbles, todas cargadas de esa ingenuidad maravillosa de quien está descubriendo un camino. Todos ellos están disponibles en cinemargentino.com, sitio de streaming gratuito local que conviene agendar.

A continuación, otras direcciones en las que seguir el recorrido por las imágenes.

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