Ante un mar de incógnitas

La decisión de coordinar los organismos que controlan la frontera promete fortalecer la lucha contra el narcotráfico que se ha propuesto Mauricio Macri. También desnuda los límites que la realidad impone a ese programa. La creación de una comisión para armonizar la tarea de Seguridad, Migraciones, Cancillería y Defensa hará más poderosa a la ministra Patricia Bullrich en el gabinete. Pero también inaugura un mar de incógnitas.

Por ejemplo: hace 15 días se dispuso que numerosos gendarmes y prefectos destacados en los confines del país regresen al área metropolitana. Con menos personal, Macri debe readaptar su estrategia.

Hay que esperar alguna tensión política. El Poder Ejecutivo aspira a definir la frontera con mayor profundidad. Es la propuesta de un funcionario clave: Juan José Gómez Centurión. El titular de la Aduana suele argumentar que, para que sea eficaz, el control del tráfico comercial debe ejercerse a cierta distancia de los pasos fronterizos. Gómez Centurión acaba de regresar a su puesto. Macri lo había suspendido a raíz de una denuncia de Bullrich ante la justicia federal. Orquestar al fortalecido Centurión con Bullrich es el mayor desafío de cualquier coordinación.

Falta saber qué opinan los gobernadores fronterizos, en especial los de la oposición, sobre la mayor injerencia nacional sobre una franja importante de sus distritos. Ese refuerzo supondrá un mayor monitoreo sobre las fuerzas provinciales. Y eso molestará a gente muy celosa de su mando, como, por citar un caso, el formoseño Gildo Insfrán.

La profecía de Macri se está cumpliendo. Un par de meses atrás, cuando ordenó a Gustavo Lopetegui coordinar a las fuerzas del área metropolitana, adelantó: "Apenas baje la inflación, el problema lo van a tener ustedes, porque aumentará la preocupación por el delito". La nueva escena encuentra al Gobierno en plena gimnasia ensayo-error.

Hace dos semanas, después de una reunión con María Eugenia Vidal, Horacio Rodríguez Larreta y Bullrich, el Presidente repuso en el conurbano y en el sur de la ciudad de Buenos Aires a los prefectos y gendarmes que habían sido destacados en la frontera, como parte de su plan contra el narcotráfico. Se volvió así a la receta de los kirchneristas Nilda Garré y Sergio Berni. Con el mismo resultado: la frontera quedó desprotegida. Para corregir ese déficit, el ex ministro de Defensa Agustín Rossi y el ex jefe del Ejército César Milani habían lanzado el operativo Fortín II, enviando tropas al interior para...

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