Una máquina milagrosa en el mundo real

Cuando alguien sabe que trabajo en un diario, en temas de ciencia, salud y tecnología, con frecuencia expresa la duda de si no sería mejor asignar el dinero que se invierte en investigación a cosas más tangibles, como rutas, hospitales o jardines de infantes. Obras.

La pregunta por la "utilidad" de la ciencia es singularmente persistente. En parte, porque el estereotipo del científico como un personaje esotérico enfrascado en sus pensamientos mientras el mundo se desmorona alrededor ya es un lugar común.

En estos días en que el tema está en discusión entre nosotros, es particularmente interesante la respuesta que ofreció Eric Lander, matemático, fundador del Broad Institute del MIT, uno de los arquitectos del Proyecto Genoma Humano y, como si todo esto fuera poco, copresidente del consejo de asesores en ciencia y tecnología de la Casa Blanca. La expuso en una presentación que tituló "La máquina milagrosa".

Después de referirse a las crisis económicas que se suceden desde 2008 y a cómo llevaron a los funcionarios a tratar de paliar los déficits con recortes de presupuestos y reconvirtiendo agencias de promoción científica en servicios concentrados en los problemas de la industria, elige una serie de casos para ilustrar a qué se renuncia cuando se descuida la ciencia.

"Hay leyes en el Congreso para asegurar la inversión responsable del dinero de los contribuyentes-dice Lander-. Para garantizar la transparencia. Y se recomienda que la National Science Foundation exija la justificación de los méritos científicos de cada subsidio y que se explique su valor para el interés general. ¿Cómo podríamos estar en desacuerdo con esto? Responsabilidad, transparencia... Si invierto en propiedades, quiero ver ganancias. Si lo hago en una empresa emergente, quiero ver un plan de negocios... Si voy a construir rutas, quiero ver una conexión definida entre la inversión social y los resultados. ¿Qué hay de malo en tener claro cómo me va a beneficiar la inversión en ciencia? La respuesta a esta pregunta es «todo». Todo está mal."

Luego, paso a paso, el científico demuestra que aplicar este tipo de visión a la ciencia es una pésima estrategia. "La ciencia básica [o, podría decirse, la ciencia, a secas] es fundamentalmente diferente de cualquier otra inversión. [...] Puede transformar para mejor la sociedad, la economía... Puede pagar 10 a 1, o 10.000 a 1. El problema es que, no importa cuánto lo intentemos, no podemos predecir cuáles serán los descubrimientos...

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