El mapa rojo del dólar: sector por sector, cuáles son las actividades más complicadas

La escasez de dólares y las consecuentes restricciones para importar impactan en diferentes ramas de la industria y también en otras actividades

Las trabas a las importaciones siguen. Y, en consecuencia, la mayoría de los rubros económicos no logra regularizar su actividad. Las perspectivas que hay en las cámaras empresarias no son buenas; hay un convencimiento de que las restricciones de divisas continuarán y de que, por lo tanto, seguirán los problemas para ingresar al país insumos o productos y para pagarlos. Además de faltantes, hay un aumento de costos, porque los importadores usan dólares blue o MEP para comprar, a falta de los oficiales. Eso provoca que se encarezcan las transacciones.

Según números a los que accedió LA NACION, provenientes de fuentes sectoriales, en 2022 hubo importaciones para consumo por US$76.900 millones, lo que marca un récord (el anterior, de US$74.400 millones, fue en 2013). La mitad del monto corresponde a unas 60 empresas (incluidas las estatales, que importaron energía por unos US$12.000 millones). Así, los restantes 20.000 importadores que están inscriptos como tales hicieron operaciones por alrededor de US$38.500 millones. Eso demuestra que son las pymes las más perjudicadas por las restricciones.

Hace 70 días y tras el reclamo de los empresarios, el ministro de Economía, Sergio Massa, anunció algunas medidas. Fue durante la Conferencia Industrial de la Unión Industrial Argentina (UIA). Sin embargo, hasta ahora no se cumplieron. Por ejemplo, Massa dijo que Diego Coatz, director ejecutivo de la entidad fabril, asistiría a la mesa integrada por el Banco Central, la Aduana y la Secretaría de Comercio, que otorga las autorizaciones en el Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA). Pero Coatz no fue convocado.

Tampoco se avanzó en la promesa de que el Banco Nación habilitaría un sistema de financiamiento para las empresas que no tienen acceso al mercado internacional. "Estamos esperando", afirmó a LA NACION Daniel Funes de Rioja, presidente de la UIA. El dirigente planteó que, más allá de la llamada "agenda permanente" para el desarrollo con "estabilidad macroeconómica y previsibilidad institucional", el sector productivo enfrenta "dos grandes desafíos urgentes". Uno es que los permisos otorgados por el sistema SIRA permitan un "acceso fluido a los insumos que la industria necesita para continuar produciendo y abasteciendo tanto al mercado interno como a las exportaciones". Y el otro es que sean atendidas las economías regionales.

El reclamo referido al SIRA también busca "que se garantice el acceso a las divisas" destinadas a los pagos. Funes de Rioja advierte que será "clave todo lo que se pueda lograr en articulación con el Banco Nación y el Banco de Brasil", además de la puesta en funcionamiento de "mecanismos innovadores" para el financiamiento de las actividades productivas.

Todas las fuentes consultadas coinciden en que los permisos SIRA no tienen previsibilidad. La regla es la falta de reglas, consigan. En medio de la incertidumbre, varios...

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