Manuel Dorrego, amado y odiado por igual

Manuel de Rosas llora. No oculta sus lágrimas, todos pueden ver que el gobernador está llorando. La voz vibra mientras alaba la trayectoria del difunto y arroja una guirnalda sobre su tumba para concluir la ceremonia. La multitud observa, rodeada de banderas enlutadas. Los uniformes del ejército y la milicia otorgan alguna regularidad a una imagen variada, ya que cientos de personas, hombres y mujeres, ricos y humildes, se apretujan sin orden en el cementerio del Norte para este acto final de la larga jornada. Antes, algunos ciudadanos condujeron a pulso el carro con el féretro desde el fuerte hasta la catedral; dos caciques llegados de la frontera y cincuenta mendigos -que el gobierno vistió para la ocasión- lo escoltaron en el breve periplo, mientras cañonazos y descargas de fusil creaban una atmósfera solemne. En el interior, la orquesta ha interpretado elIndudablemente, solo un personaje excepcional puede generar semejante conmoción en sus exequias. Y eso fue Dorrego: revolucionario, guerrero de la independencia, promotor del republicanismo, exiliado, dirigente popular, demócrata convencido y referente del federalismo. Impetuoso en sus actos, provocador en sus escritos y discursos, querido y odiado como pocos de sus contemporáneos. Dejó su impronta en un país que se estaba formando. Vivió su vida a puro vértigo, por sus rasgos personales y porque la época, marcada por la revolución, lo empujó a hacerlo. Arriesgó permanentemente, ganó y perdió. Su fusilamiento provocó una guerra decisiva. Su recuerdo fue cantado en los fogones. Su vida, y su muerte, apasionan todavía hoy.Dorrego es uno de los pocos personajes federales que ingresaron en el panteón de héroes nacionales. En todas las principales ciudades del país, por ejemplo, hay desde hace décadas calles con su nombre, lo cual no ocurrió con otros paladines de ese movimiento. Su figura ha estado muy presente en la memoria pública, en los discursos de distintas fuerzas políticas y también en el arte a lo largo de la historia argentina, con mayor o menor intensidad de acuerdo al momento.Por supuesto, también los historiadores le dedicaron una atención considerable. Desde el siglo XIX se publicaron al menos 26 biografías -ya un año después del fusilamiento su compañero político Pedro Cavia escribió la primera- y recopilaciones documentales centradas en él. Existen además otros 14 libros y numerosos artículos que abordan aspectos parciales de su vida, lo cual lo convierte en una de las figuras...

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