Manu Ginóbili: 'Es casi seguro, un 98% que no voy a jugar más con el seleccionado'

Esa fractura le cambió la vida de un modo que no podía imaginar. Lo llevó a un enfrentamiento insólito con San Antonio y el dolor mayor: quedar fuera del Mundial. Ahora, en una visita a Buenos Aires para estar junto al equipo durante el torneo Tres Naciones, Manu Ginóbili pasó un día como uno más de la selección, aunque sin prácticas. "Ya no estoy", dice cargando todavía algo de nostalgia y tristeza. Poco después de las 18.30, tras compartir la merienda con sus compañeros, y mientras Luis Scola y Facu Campazzo salen adelantados rumbo a Tecnópolis para su especial práctica de tiros, él se queda un rato más para charlar con LA NACION.No sólo la rutina de jugador se modifica. El permiso que había pedido para que sus dos hijos más grandes, Dante y Nicola, empiecen un mes más tarde la escuela, ya no tiene sentido. Por eso, debe resolver cuándo partirá rumbo a los Estados Unidos para retomar la vida diaria y terminar, ya con la franquicia, la recuperación de la lesión.Pasa cerca Roberto Vartanian, el utilero del equipo, y le da un abrazo de esos que encierran la historia de toda una vida: "Para que salga esta nota, tengo que salir en una foto con el Turquito. Vení", le dice y se le siente encima aparatosamente.El vínculo sigue siendo demasiado fuerte. Por eso es que "no estar", cuesta más. Enseguida empieza a repasar la "novela" de la lesión. "Desde el momento en el que sentí la molestia dejé de hacer impacto y a los dos días no me dolió más. Eso lo hace un poco raro, porque me siento bien, pero ya no estoy. Es el impacto lo que me genera la molestia. Cuando salto, empujo y freno en el parquet es cuando empiezan los dolores. Así, como estoy ahora, no siento nada."En cuanto a la parte sentimental es más jodido. Estar acá, ver a los chicos, que te cuenten lo que estuvieron haciendo, te dicen cómo les fue en Brasil. Y ahora que se van a Europa, empieza la parte más linda de todas. Pero bueno, ya lo digerí un poco más. Los primeros tres días me costaron bastante, pero ahora lo tomo más tranquilo".-En tu columna dijiste que lo único que te quedaba para solucionar este problema era pedir un mediador FIBA. ¿Eso resiente la relación con la franquicia?-Si llegaba al punto de buscar un mediador se podía resentir la relación. Porque básicamente estaría no acatando órdenes de mi equipo. Pero estaba dispuesto a hacerlo si me sentía bien y en condiciones de jugar. Cuando llegó el momento, empecé a jugar a hacer impactos y el dolor se mantenía. Yo me conozco, es la tercera vez...

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