Manteros, mafias y delitos

El http://www.lanacion.com.ar/1660572-la-venta-ambulante-negocio-de-organizaciones-de-corte-mafiososigue siendo rehén de los más diversos reclamos. A los piquetes que diariamente convierten el tránsito en un caos y que recortan el derecho constitucional a la libre circulación de todas las personas -en promedio, hubo 12 piquetes diarios solamente en el mes que acaba de concluir- se suman las http://www.lanacion.com.ar/1659106-los-manteros-de-once-volvieron-a-ocupar-las-veredaspor personas o grupos de personas que desarrollan actividades no autorizadas, en franca debidamente establecidos. A ellos hay que agregar a los conocidos "trapitos", que extorsionan a los automovilistas cobrándoles por estacionar en lugares donde está permitido hacerlo.Estos abusos, que van desde contravenciones a la comisión de graves delitos, volvieron a quedar visiblemente expuestos a raíz de los últimos operativos para desalojar a los http://www.lanacion.com.ar/1658729-once-el-gobierno-porteno-volvio-a-desalojar-a-manteros-y-dijo-que-hay-una-verdadera-mafia. El domingo 26 de enero, inspectores de la Ciudad y la Policía Metropolitana levantaron 30 puestos de venta ilegal en las proximidades de esa estación ferroviaria -hubo incluso una persona demorada por resistirse al desalojo-, y al día siguiente al mediodía, varios de los manteros expulsados volvieron a ocupar las veredas de la zona como si nada hubiera pasado. Así, a más inspecciones y desalojos le siguieron protestas callejeras y la nueva toma de esos espacios.No es la primera vez que esto ocurre, bien lo saben autoridades y ciudadanos, que luchan, cada cual a su manera contra una situación que tiene muchas aristas, y que, en este caso, se circunscribe, físicamente, a la zona de la avenida Pueyrredón, entre Corrientes y Rivadavia, y a Rivadavia, entre Pueyrredón y Azcuénaga.Algunos aspectos del problema están bien claros, como la cantidad de dinero, verdaderas fortunas, que moviliza la venta ambulante ilegal; otros son más siniestros: la trata de personas -la mayoría de los manteros son extranjeros indocumentados o con documentos apócrifos, sujetos a un trabajo esclavo- y una red de connivencias entre las mafias que operan detrás de ellos y algunos comerciantes del barrio, que guardan las mercaderías a los vendedores en sus locales al final del día, a cambio de un pago que oscila entre los 200 y los 300 pesos mensuales, y de cuya existencia tendría, según dijo, numerosas pruebas la fiscal porteña Verónica Guagnino, que actuó...

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