Una mano de hierro que sirvió para lograr más fracasos que éxitos

El hombre que hace y deshace en el mercado de la carne está por actuar otra vez. Se trata del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, cuya primera tarea al frente de esa repartición, en abril de 2006, encomendada por Néstor Kirchner, fue controlar los precios de la carne.Desde entonces ha conocido más fracasos que éxitos: la Argentina está en el undécimo lugar en el ranking de países exportadores de carne bovina, entre 2009 y 2011 el stock vacuno perdió más de 10 millones de cabezas, cerraron un centenar de frigoríficos y se perdieron miles de puestos de trabajo. Durante algunos períodos, los consumidores disfrutaron de precios relativamente bajos en relación con otros alimentos, como en la actualidad, pero en 2010, cuando se liquidó el stock vacuno, los precios minoristas se duplicaron en menos de un año.Primero con el aval de Néstor Kirchner y luego con el de Cristina, Moreno tomó las principales decisiones en el negocio de las carnes y del ganado, con mayor poder de decisión que secretarios y ministros de Agricultura. A su sombra, dicen en el sector, crecieron las actividades de algunos empresarios frigoríficos dedicados al consumo interno, como Ricardo Bruzzese, de La Matanza, a cargo del programa Carne para Todos, y Jorge Martínez, el Negro, dominador del negocio del sebo.Hace al menos un año que los frigoríficos exportadores le vienen planteando a Moreno la necesidad de hacer alguna corrección en el negocio. Apenas les mejoró la ecuación la aceleración de la devaluación de la moneda, lo que les permitió una leve recuperación de las ventas. Temeroso de que tuviera algún efecto negativo sobre los precios de la carne en un año electoral, el secretario de Comercio Interior no les concedió aún la rebaja de los derechos de exportación.Mientras tanto, el primer eslabón de la cadena cárnica, el de los productores que crían los animales que terminarán faenados para el consumo, está con los números en rojo. Los insumos y los impuestos se mueven al ritmo de la inflación real, en tanto que la hacienda en pie se mantiene estable o, en algunos casos, en baja. Los especialistas de la actividad están...

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